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Más impuestos a los ricos, la fórmula de Biden contra la desigualdad

El presidente de Estados Unidos anunció en su discurso del Estado de la Nación que tratará de aprobar una legislación que permita gravar más a las grandes fortunas

Anadolu AgencyGetty

El Partido Demócrata es una casa grande. Muy grande, de hecho. Tanto, que liberales clásicos conviven con socioliberales, socialdemócratas o incluso conservadores moderados. Joe Biden ha tenido durante sus dos años al frente de la Casa Blanca la difícil tarea de hacer que todas estas facciones remen en una misma dirección. Aunque se han encontrado puntos de encuentro, también se han sucedido las trifulcas entre las dos alas de la organización.

Uno de los puntos más controvertidos es el de la fiscalidad. Ya desde que se presentó a las primarias de su formación, Biden prometió revisar el sistema de impuestos estadounidense para garantizar un mayor reparto de la riqueza. No obstante, no fue tan lejos en sus propuestas redistributivas como sus colegas Bernie Sanders y Elizabeth Warren, que eran los candidatos favoritos del ala izquierda.

Estados Unidos es un país con una economía altamente liberalizada. Esto crea vacíos legales y exenciones fiscales que muchas fortunas billonarias del país aprovechan para reducir el monto total de impuestos que deben pagar. Entre 2018 y 2020, las 400 familias más ricas de la nación norteamericana pagaron de media un 8% de impuestos, una cantidad comparativamente menor a la que aporta una familia de clase media.

Aunque la tensa situación con China fue lo que copó los grandes titulares sobre el discurso del Estado de la Nación de Biden, también se dedicaron palabras contundentes al reto económico de la desigualdad. “Ningún multimillonario puede pagar menos impuestos que un profesor o un bombero”, dijo el mandatario durante su intervención. Toda una declaración de intenciones que reafirma un rumbo político definido claramente en marzo del año pasado, cuando la Casa Blanca lanzó un comunicado de prensa en el que se anunciaba la intención de la administración de pasar reformas fiscales en este sentido.

Pero las tornas han cambiado. A principios de 2022, Biden tenía mayorías demócratas en congreso y senado. Sin embargo, las desavenencias internas hicieron que estas legislaciones nunca llegaran a completarse a lo largo del pasado curso. Ahora, el panorama es mucho menos halagüeño para el presidente. Los republicanos consiguieron arrebatarle el control de la cámara baja a los demócratas en las elecciones de medio mandato (las famosas mid-terms). Ya en la campaña, los legisladores conservadores dejaron muy claro que bloquearían cualquier intento de revisión al alza del sistema fiscal estadounidense.

La propuesta de Biden consiste en fijar un tipo mínimo a los billonarios y a las grandes compañías, para evitar que se utilicen las exenciones como un medio para reducir al mínimo el porcentaje de impuestos a pagar. La cifra mencionada por Biden es un 20% para personas que generen más de 100 millones de dólares anuales.

Para hacer frente a las acusaciones de la oposición, que en más de una ocasión ha tildado estás intentonas de reforma como “socialistas”, la Casa Blanca declaró en un comunicado: “El presidente Biden es un capitalista que cree que cualquier persona debería tener la oportunidad de convertirse en millonario o en billonario. También cree que está mal que los Estados Unidos tenga un código fiscal que permita a las grandes fortunas pagar menos impuestos que las familias trabajadoras”.

La sombra de Donald Trump es alargada

Los más versados en materia creen imposible que estas intenciones se conviertan en una ley definida. Al menos a corto plazo, pues se espera que las votaciones no salgan adelante en el congreso de mayoría republicana (salvo sorpresa mayúscula). “Una ley así no pasará del congreso mientras esté bajo control republicano. Las palabras del presidente son solamente retórica”, aseguró Reuven Avi Yonah, experto en impuestos por la Universidad de Michigan.

Joe Biden tiene dos años para conseguir engrosar la lista de sus éxitos políticos. De ello puede depender su reelección para un segundo mandato que le permita ahondar en las ambiciosas reformas que prometió en campaña. Aunque no se sabe todavía quién será su contrincante, muchos creen que habrá un resurgir de Donald Trump. La capacidad de movilización del republicano puede poner en jaque a un presidente que tiene unos muy discretos índices de aprobación.

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