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Los requisitos que debe cumplir mi vivienda para ponerla en alquiler

Es importante tener todos los papeles y permisos en regla para no incurrir en un incumplimiento de la Ley de Arrendamientos Urbanos.

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Muchos propietarios abrazan la opción de alquilar sus inmuebles para rentabilizar casas que, de otra forma, no estarían siendo habitadas por nadie. No obstante, el desconocimiento o la picardía llevan algunos a llevar a cabo esta operación sin cumplir con los requisitos mínimos exigidos por la Ley de Arrendamientos Urbanos, que es la norma que establece las obligaciones legales que todo arrendatario debe cumplir.

Y es que el cumplimiento de la ley no es algo opcional, y la mejor forma de asegurarte de que no te pillen en un renuncio es cumplir con las reglas, que se aplican a todos por igual. Además, el seguimiento a rajatabla de los procesos establecidos por la administración son también la mejor garantía de tranquilidad, tanto para el inquilino como para el dueño, que podrán llegar a un acuerdo transparente y garantista bajo el paraguas de la legitimidad.

En realidad, los trámites no son demasiado enrevesados. Los documentos exigidos no tienen otro objeto que certificar que la vivienda que está lista para salir al mercado de arrendamientos es un lugar que podrá convertirse en un hogar digno. No hay muchas excusas, y no cuesta mucho. Tan solo un poco de burocracia a cambio de que la transacción sea en todo momento tutelada por el arbitrio imparcial de la ley.

Garantías legales

La Cédula de Habitabilidad es, probablemente, el papel más importante que el propietario debe adquirir para poder alquilar su casa. Para conseguirla, habrá que someter el espacio a una inspección oficial que determinará que no hay ningún daño reseñable que lo haga indigno para vivir. Se comprueba el estado general del inmueble, así como cada una de las habitaciones, para comprobar que tiene suministro, que no existe riesgo de derrumbamiento o que hay suficiente superficie útil, entre otras cosas.

Aunque todas estas cuestiones se estandarizan a través de la Ley de Arrendamientos Urbanos, los trámites para conseguir los certificados suelen depender de cada comunidad autónoma, por lo que puede haber pequeñas variaciones en los requisitos, los plazos o la forma de solicitud. Una vez obtenida, la Cédula de Habitabilidad suele extenderse por un plazo de 15 años. Cumplido este, habrá que renovarla.

También es fundamental el Certificado de Eficiencia Energética. Se trata de una evaluación del impacto medioambiental que tiene la casa, dependiendo de su consumo y el tipo de suministros que emplee. Una vez analizado esto, se le dará a la vivienda un valor en la escala oficial, con la letra A para las casas más eficientes y la G para las más contaminantes o que más consumen. Todo esto, claro está, debe ser el paso previo a la redacción de un contrato que cumpla todos los requerimientos legales y sea debidamente revisado y aprobado tanto por las partes involucradas como por profesionales.

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