CONFLICTO UCRANIA - RUSIA

La inteligencia británica avisa del “gran desafío” de Rusia en su territorio

La base áerea rusa de Engels ha sido atacada esta semana en tres ocasiones. Defender los cuarteles generales de campo cerca de la línea del frente en Ucrania es clave para el Kremlin.

A escasos metros del río Volga, en el Oblast de Saratov, está ubicada la base aérea rusa de Engels, un lugar estratégico que ha sido atacado con misiles ucranianos tres veces esta semana la última semana. Según la inteligencia británica, será uno de los elementos claves en este momento de la guerra.

La imagen principal muestra cómo desde el interior de la base estarían repeliendo los ataques con defensas antiaéreas. Se ha reportado esta mañana el derribo de un objeto volador no identificado sobre el distrito de Engels, donde se encuentra una base militar aérea rusa que ya ha sido atacada en dos ocasiones por el ejército ucraniano. Este distrito está situado a 600 km del territorio controlado por Ucrania.

Los medios rusos informaron que los vehículos aéreos no tripulados (UAV) de origen ucraniano eran los responsables del ataque a la instalación, una de las principales bases de operaciones de la flota de bombarderos estratégicos que tiene Rusia en la región.

“Durante mucho tiempo, Rusia ha dado una prioridad muy alta al mantenimiento de las defensas aéreas terrestres avanzadas, pero cada vez está más claro que está luchando para contrarrestar las amenazas aéreas en el interior de Rusia”, algo que no pensaba que iba a suceder y está siendo ya una realidad en este momento de la guerra, que también se ha traslado a su terreno.

Un desafío al que se está enfrentando Rusia y que debe afrontar con una “demanda excepcional de su flota de sistemas modernos de defensa aérea de mediano alcance, como el SA-22 Pantsir, que normalmente desempeña un papel importante en la lucha contra los vehículos aéreos no tripulados”.

El Pantsir-S1 (designado por la OTAN como SA-22 Greyhound), es un sistema de misiles y de armas de artillería antiaérea de origen ruso, con capacidad de medio - corto alcance gracias a la combinación de sus misiles tierra - aire y cañones de calibre de 30 mm. Se produce en la planta KBP de Tula, Rusia.

Así, los cuarteles generales de campo cerca de la línea del frente en Ucrania son ahora el gran desafío del Kremlin, que debe decidir cómo proporcionar “puntos de defensa para lugares estratégicos como Engels”.

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