La expareja de Juana Canal confiesa el crimen

Juana Canal desapareció en 2003, y su ex pareja fue detenida este martes en Ávila, tras haber encontrado restos óseos en una finca donde habría matado y enterrado a su pareja en la localidad de Navalacruz. La confesión de la expareja se produce 19 años después de su desaparición y cuatro meses antes de que prescriba el delito.

Según fuentes policiales, una llamada de teléfono delató a la ex pareja de Juana Canal, que responde al nombre de Jesús P. H., y se ha convertido en el principal sospechoso de la muerte de la mujer madrileña a la que se le perdió la pista durante casi 20 años.

La pareja de Juana Canal pasará a disposición judicial este viernes, y está previsto que durante el día de hoy vuelva a la zona de la localidad abulense de Navalacruz en la que aparecieron algunos restos de la víctima, desaparecida hace casi veinte años.

Las autoridades piensan que Jesús P. H. no actuó solo, y que pudo tener un cómplice que le ayudase a sacar el cadáver de la casa y deshacerse de él en Ávila. El magistrado a cargo de la investigación concedió la petición de intervenir el teléfono móvil del supuesto autor en septiembre, y durante una llamada fue cuando, sin saberlo, enunció “retador” algo que le descubrió.

Y es que desde hace dos meses se había reactivado la investigación y la Policía pidió autorización al juez para registrar la casa donde vivía, que es donde se sospecha que fue asesinada, en la calle Boldano, en Ciudad Lineal, Madrid, en busca de indicios que hubieran pasado por alto en su día y que con la tecnología actual pudieran llevar a resolver la desaparición.

En el año 2019 se descubrieron un fémur y un cráneo, y hace pocos días se hallaron el otro fémur y la cadera. Entre las teorías policiales no se descarta que pudo ser descuartizada. Tras la desaparición de Juana su pareja no participó en ninguna búsqueda y denunció a la desaparecida por malos tratos. Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han colaborado en la investigación. Además de más de 60 agentes, perros expertos en la búsqueda de restos biológicos, un georradar y drones que detectan cambios en la tierra.