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La ‘estafa de Nigeria’, así funciona el timo de las herencias en Madrid

Se trata de un fraude antiguo, donde los estafadores engañan a las personas para que les proporcionen información personal y así poder robarles su dinero. Por suerte, el FBI localizó al cerebro y dos de secuaces en Madrid.

UnSplash

El timo de las herencias es un fraude que se ha vuelto cada vez más común en los últimos años. Se trata de una práctica antigua, que sigue activa con diferentes variaciones para que nuevas víctimas ‘caigan en la trampa’. En ella, los estafadores tratan de engañar a las personas para que les proporcionen información personal y financiera con el fin de robarles su dinero.

Hasta el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés) ha tipificado este timo, perseguido uno y mil veces, y conocido comúnmente como estafa de Nigeria, por la cantidad de ocasiones en que los responsables eran de ese país o fingían serlo.

Origen

Es el caso de la ‘señora Livingston’. Todo empezó cuando la gerente administrativa de uno de los depósitos en un Instituto de Finanzas y Seguridad en Madrid, Sofía Gómez, le escribió una carta con todo tipo de detalles desde España a una anciana de Oklahoma, cuyo nombre es Jackie Livingston.

¿El motivo? Ella tenía entre los activos que gestionaba una cuenta con 26,7 millones de dólares a nombre de un tal Alfred Livingston, muerto en accidente de tráfico junto con su familia en Oporto, Portugal, el 11 de marzo de 2015. Después de su muerte, el banco estuvo buscando durante bastante tiempo a sus herederos, sin suerte, pues sólo pudo comprobar que Alfred vivió en España 22 años sin volver jamás a su EE.UU. natal.

División de la herencia

Tantos fueron los meses que pasaron que hasta el Banco de España le notificó al instituto financiero que debía liberar los fondos o entregarlos al erario público para que fueran requisados, algo que permitiría una reforma de ley de sucesiones con todo lo que eso conllevaría.

La remitente, reacia en la carta revelada por la ABC a que tantos millones “acaben en el bolsillo del gobierno”, ofrecía a la señora Jackie aparecer como heredera de Alfred, para quedarse con un 40% de la herencia. Otro 50% sería para la misma Sofía y un 10% para “cualquier organización caritativa en España o su país”, todo un gesto de altruismo.

El FBI localizó al cerebro

Sofía ofrecía una forma de contacto por email, fax o teléfono y se comprometía a cubrir con abogados a la señora Jackie, con garantías de que no quebraría de ningún modo la ley. Afortunadamente, la señora Jackie compartió la carta con su hija, que con una búsqueda en internet pudo descubrir multitud de casos similares, con cartas idénticas adaptadas al apellido de cada víctima, que acabaron en manos del FBI.

Sin embargo, otros no corrieron la misma suerte. Más concretamente, se trata de diez jubilados de Florida a los que les sacaron más de un millón de dólares y cuyos casos permitieron a la Fiscalía presentar cargos. Tras cinco años siguiendo el caso, la policía judicial norteamericana localizó al cerebro y dos de secuaces en Madrid, los tres residentes legales en España.

La red de estafadores operaba desde Madrid

El cabecilla de esta operación, Ezennia Peter Neboh, fue extraditado y compareció ante el juez en Miami a finales de marzo. El español de 48 años se enfrenta a tres cargos federales por conspiración para cometer fraude postal y electrónico, y cada uno tiene una pena máxima de 20 años de prisión.

La red de estafadores operaba desde Madrid con apoyo de otras tres personas desde Londres. En total, son seis los imputados, todos ellos varones. Según los documentos judiciales, los agentes del FBI encontraron que Neboh creo dos alias de supuestas empleadas en bancos españoles, Sofía Gómez o Gloria Alves. La cantidad era siempre la misma, 26,7 millones, aunque a veces cambiaban el modo en que el dueño había fallecido.

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