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Japón quiere tomar partido en la guerra

El primer ministro nipón ha solicitado al Parlamento un cambio en la normativa de exportación de material letal por primera vez en el conflicto.

JULIA NIKHINSONREUTERS

Desde principios de año, el transcurso de la guerra en Ucrania se ha visto marcado por un aumento de las tensiones internacionales traducido en el envío de armamento más potente y en el endurecimiento de las sanciones. La ofensiva rusa que, según Kiev, tendrá lugar en primavera -y que ya podría haber empezado en Bajmut- ha empujado a las principales potencias del mundo a tomar partido con mayor fuerza. Esto, al mismo tiempo, distancia más a los países en dos bloques en función de si apoyan a Kiev o a Moscú.

Cambio en la legislación nipona

Es el caso de Japón. Hasta ahora, Tokio únicamente había mandado equipamiento no letal (como cascos o chalecos antibalas). El motivo es la normativa que impide transferir material letal a aquellos países con los que no se tenga un acuerdo de desarrollo conjunto armamentístico. Sin embargo, esto podría estar a punto de cambiar.

Los altos cargos japoneses están estudiando modificar las reglas para la exportación de material letal. De hecho, el primer ministro, Fumio Kishida, ya ha solicitado al parlamento el cambio en la legislación. El objetivo es abrir la normativa para permitir que la entrega también pueda realizarse a países que estén sufriendo una invasión, tal y como ha asegurado el diario japonés Nikkei. El viraje en la estrategia de seguridad nacional supone a efectos geopolíticos una mayor intervención nipona en la guerra ucraniana.

Japón consolida su apoyo con vistas a la cumbre del G-7

No es la única prueba del apoyo japonés. Hace dos semanas, Kishida prometía 5.500 millones de dólares adicionales para Kiev expresando la “fuerte preocupación de que Ucrania pueda ser el Asia del Este del mañana. Estas palabras se enmarcan en la posibilidad de que el impacto de la guerra llegue a las inmediaciones de Japón, escenario factible por la firmeza con la que China reclama Taiwán.

Ambas acciones, tanto el cambio de la normativa como el aumento del apoyo económico, no solamente responden al recrudecimiento de la guerra, sino que también sirven como una muestra de respaldo a Ucrania previa a la cumbre del G-7. La reunión de las principales siete potencias del planeta tendrá lugar en mayo y será acogida por la ciudad japonesa de Hirosima.

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