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Sorprendente descubrimiento sobre los osos panda

Un nuevo estudio confirma la presencia del ‘sexto dedo’ de los pandas gigantes hace, al menos, seis millones de años. La extremidad les ayuda a alimentarse.

MIKE BLAKEREUTERS

Los osos panda gigantes son una de las especies más enigmáticas y llamativas del mundo animal. Después de estar muchos años en peligro de extinción, con apenas 1.000 ejemplares en los años 80, ahora la situación es diferente y ya ha conseguido salir de esta lista, pasando a estar “en estado de vulnerabilidad”, el paso previo a una situación más grave.

Actualmente hay más de 2.000 ejemplares en todo el mundo, si bien es una especie nativa de China. Una de las características más singulares de esta especie es su dieta exclusiva a base de bambú. Un nuevo estudio, liderado por el Museo de Historia Natural de Los Ángeles y publicado por Scientifics Reports, asegura que esta alimentación tan selecta pudo haberse originado hace, al menos, seis millones de años. Así lo determinan tras examinar fósiles del ‘sexto dedo’ en forma de falso pulgar que emplean en la actualidad, así como sus antepasados, para la manipulación de la planta.

Estos animales pueden pasar más de medio día comiendo bambú (hasta unos 45 kilos diarios). Pero no siempre fue así. Sus antepasados más lejanos incluían en su dieta también carne, y se pensaba que este cambio tuvo lugar hace relativamente poco tiempo. Pero el estudio confirma que, al menos, ocurrió hace al menos seis millones de años. La disponibilidad de esta planta durante todo el año pudo motivar que se decantaran de forma definitiva por ella.

El ‘falso pulgar’ de los pandas

A hora de manejar la planta del bambú, los osos panda se ayudan de una especie de sexto dedo, que hace las veces de pulgar con el que sujetas los tallos y pelar las hojas. “Sujetar firmemente los tallos de bambú para triturarlos en bocados es quizás la adaptación más crucial para consumir una cantidad prodigiosa de bambú”, explica Xiaoming Wang, autor del estudio y curador de paleontología de vertebrados del Museo de Historia Natural de Los Ángeles.

Hasta la fecha era muy complicado de explicar cómo habían desarrollado esta característica, que durante años ha tenido a los científicos en busca de una explicación. Investigaciones pasadas habían hallado evidencias de esta especie de dedo en ejemplares de hace unos 100.000 años. Pero este nuevo estudio revela que no fue tan reciente, sino mucho antes cuando la empezaron a desarrollar, con la consiguiente dieta a base de bambú.

Esqueleto de la mano de un panda, con el 'sexto dedo' en forma de pulgarNATURAL HISTORY MUSEUM OF L.A. Cvia REUTERS

El ejemplar analizado era un fósil que fue desenterrado en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, que pertenecía a un antepasado del panda conocido como Ailurarctos. Según el estudio, su “morfología distintiva” hace que tenga una función esencial para su supervivencia. Y del fósil tuvieron conocimiento que ese ‘sexto dedo’ era más largo que el de los osos panda gigantes de la actualidad. “Un compromiso entre la necesidad de manipular el bambú y la de caminar y cargar sus cuerpos”, explica Wang sobre este cambio.

“De cinco a seis millones de años debería ser tiempo suficiente para que el panda desarrolle falsos pulgares más largos, pero parece que la presión evolutiva de tener que viajar y soportar su peso mantuvo el ‘pulgar’ corto, lo suficientemente fuerte como para ser útil sin ser grande. lo suficiente como para interponerse en el camino”, añade Denise Su, coautora del estudio y profesora asociada de la Escuela de Evolución Huamana y Cambio Social.

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