El virólogo alemán Christian Drosten advierte de la variante ‘perro del infierno’ de la COVID
El asesor del gobierno alemán durante la pandemia realiza un pronóstico esperanzador acerca de la pandemia en el futuro, aunque alerta de la nueva variante
Los expertos en virología aparecieron en el foco mediático durante la pandemia para tratar de poner control y gestión a la incertidumbre sanitaria que provocó la COVID en su inicio en marzo de 2020. Uno de ellos es el director de virología del Hospital Universitario de La Charité en Berlín, Christian Drosten, que además fue asesor del gobierno alemán durante los momentos más duros de la pandemia.
En una intervención reciente, el virólogo alemán se pronunció acerca de la nueva variante de Omicron BQ1.1, también conocida como “perro del infierno”, ya que la inmunidad actual podría no ser suficiente para esta nueva variante: “Podría ser más complicada porque tiene un escape inmune adicional”.
Alto nivel de transmisibilidad
El peligro de la nueva variante reside en la estimación de los expertos, que sitúan la capacidad de transmisión en un incremento de hasta un 10% más con respecto de sus predecesoras BA.4 Y BA.5. Otros expertos aventuran esa cifra hasta en un 30% más con respecto a las anteriores.
¿Por qué se llama “perro del infierno”?
Para encontrar el sentido de este nombre, hay que remontarse hasta la antigua mitología griega, en la que “perro del infierno” o “cerbero” hacen referencia al perro de Hades (dios del infierno) que tenía tres cabezas y velaba las puertas del infierno.
Pronóstico optimista en el futuro
En cambio, Christian Drosten ha dejado buenas noticias respecto al futuro de la pandemia. “La situación del virus se está volviendo precaria en Occidente”, destacando la llegada de la vacuna, la inmunidad y el mayor conocimiento acerca del virus como puntos clave para que la COVID pierda la intensidad que tenía en 2020 y parte de 2021.
También cree que la pandemia se transformará en endemia, ya que la intensidad de las olas con distintas variantes irán perdiendo fuerza de golpe debido a los cambios en el clima. Según Drosten, esto se explica perfectamente en el ejemplo de Alemania en octubre, ya que sin introducir medidas severas de contención del virus, los casos cayeron por las circunstancias climáticas.