El pueblo de 2.500 habitantes que fue república independiente

¿Imagina que un pueblo de 2.500 habitantes hubiera sido alguna vez una república independiente? Si no vives en el Vaticano es difícil. Es algo de lo que pueden presumir en Vevcani, un pequeño enclave de Macedonia, situado cerca de la frontera con Albania, que entre 1991 y 1993 tuvo estatus de país. La aventura acabó, pero todavía conservan el estatus de micronación simbólica. Actualmente, no tienen independencia, ni jurídica, ni económica… Lo que sí es un filón para el turismo.

¿Y cómo llegó Vevcani a ser independiente? Todo fue en el momento de la desintegración de Yugoslavia, aunque el germen de la secesión se fraguó durante el gobierno comunista, que intentó cambiar el cauce de los manantiales de agua del pueblo. Hubo duras protestas, barricadas, disturbios… y el gobierno de Veselin Duranovic dio marcha atrás y dejaron a la gente de Vevcani tranquila con su agua, cercana al turístico y conocido lago Ohrid. Pero ahí surgió la idea… Había surgido una identidad.

Y en la debilidad de la desintegración en infinitos pedazos de Yugoslavia, Vevcani proclamó su república en los albores de una cruenta guerra en los países aledaños. Hicieron su bandera (roja y amarilla), su moneda y expidieron sus pasaportes. En 1993, cuando Macedonia ya se asentaba como país, el Gobierno decidió que una minirrepública dentro de su terreno no era viable. Los trámites fueron lentos, hasta que en el 2000 finalmente se ratificó que Vevcani solo tenía un estatus estético.

Al entrar a la localidad, hay un arco, antes con cierre y ahora abierto, que recuerda como Vevcani fue en su día una república, en plan como si fuera un paso fronterizo. Los otros vestigios se pueden ver en su moneda, el Vevcani Licnik, creada por el artista local Simun Lesoski. Las hay con escritura otomana, manantiales de agua… Joyas para coleccionistas. En 2020 han generado hasta criptomonedas (el crypto licnik).

“Un estado de ánimo muy particular”

Lo que sí conservan los 2.500 habitantes de Vevcani, pueblo ortodoxo rodeado de varios con mayoría de musulmanes, es un potente leitmotiv patriótico. “La nacionalidad es un estado de ánimo para su gente, y aseguran que ese espíritu independiente les ayudó a mantener la paz en tiempos de guerra”, recogía el New York Times en un artículo. “Somos gente tradicional, muy particular”, decía un ciudadano de un pueblo.

No solo el atractivo de este pequeño pueblo es su pasado independiente, también lo es su carnaval, considerado uno de los más tenebrosos del mundo por su temática. Principalmente, se potencian los disfraces ‘dark’ de personajes algo oscuros y siniestros. Tiene más de 1.400 años de antigüedad, mucho menos que su efímera república.