CONFLICTO UCRANIA - RUSIA

El motivo por el que Rusia utiliza un ‘raro’ misil en Ucrania

El empleo del misil hipersónico Kinzhal por parte de las fuerzas aéreas del Kremlin se ha multiplicado exponencialmente en los últimos días.

Un Kh-47M2 Kinzhal transportado por un MiG-31KVadim Savitsky/Wikimedia Commons

Los últimos informes de la inteligencia británica señalan que Rusia está en serios problemas. La resistencia ucraniana es mucho más intensa y organizada de lo que se esperaba el Kremlin. La guerra se está estancando y la estabilización del frente parece ser inevitable, pues ambos bandos están teniendo grandes dificultades para hacer avances significativos. Además, a esto se suman las cada vez más inasumibles e ingentes pérdidas humanas. Aunque hay muertos a ambos lados de la trinchera, la proporción de caídos rusos está siendo mucho mayor.

Según se ha reportado esta semana, los reclutamientos masivos de soldados en Rusia se están llevando a cabo principalmente en las regiones rurales más pobres, y en concreto entre las minorías éticas del país, que son las que, proporcionalmente, más bajas han sufrido desde el inicio del conflicto. Reino Unido también apunta que los jóvenes de familias de clase alta y los allegados de la élite cercana a Putin están siendo exonerados de servir en el frente, lo que hace asomar la sombra del escándalo en el Kremlin.

A Rusia no terminan de salirle bien sus planes. La toma de Bajmut, por ejemplo, aunque parece razonablemente cercana, está siendo mucho más lenta y costosa de lo que se había anticipado. La última esperanza para el ejército invasor es hacer cuanto esté en su mano por precipitar los acontecimientos y forzar el fin de una guerra que no podrán mantener para siempre sin apenas apoyos internacionales. Como parte de este esfuerzo adicional, los aviones rusos están comenzando a emplear un arma secreta.

Ataques caros y sofisticados

Se trata de un misil hipersónico conocido como Kinzhal. Tecnología punta. Tienen un alcance de hasta 2.000 kilómetros y una velocidad máxima 10 veces superior a la del sonido. Es la joya de la corona rusa. El artilugio más sofisticado de su extenso arsenal. No obstante, hasta ahora se habían empleado en contadas ocasiones y siempre contra los objetivos de más alta prioridad. Porque este proyectil es tan mortífero como caro. Los ataques de este tipo engrosan significativamente la factura de la guerra para Rusia.

Esto podría entenderse como un acto de desesperación o como una demostración de fuerza. El ministerio de Exteriores ruso aseguró que estos últimos ataques aéreos han sido en retribución por las acciones de un grupo paramilitar proucraniano que cruzó recientemente la frontera y atacó dos poblaciones de la región de Bryansk, al este del país. Kiev ha negado tener cualquier relación con esta operación, cuya autoría fue reclamada por un contingente de rusos autoexiliados que ahora luchan en el bando de Ucrania.

El misil Kinzhal permite destruir objetivos de difícil acceso o muy fortificados. Pero su empleo, que se ha observado con cuentagotas, suele ir acompañado del lanzamiento de otras modalidades de proyectil mucho menos sofisticadas. El propio ejército ucraniano ha admitido que actualmente no tiene la tecnología necesaria para interceptar los Kinzhal, y que están completamente expuestos ante estas acciones. Se cree que el objetivo de Rusia al emplear tantas formas de ataque distintas simultáneamente es superar las capacidades defensivas ucranianas. Pero la guerra sigue, y el cerco se estrecha sobre unos atacantes que cada vez se ven más solos en la escena internacional.

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