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El motivo por el que los huevos se suelen vender en docenas

La respuesta es matemática, el número 12 tiene más divisores que el número 10 y son más fáciles de almacenar y utilizar para cocinar, ya sea para una comida para muchas personas o para pocas.

Los huevos se suelen vender en docenas por una cuestión de matemáticas. El número 12 tiene más divisores que el número 10. Así, son más fáciles de almacenar y utilizar para cocinar. En las cocinas, las hueveras son en números pares, y los cartones pares se almacenan mejor también.

Es una cuestión de matemáticas, pero también práctica, y es que la distribución es sumamente importante. Que los envases sean pares, permite que se almacenen en filas, no haya huecos, no se caiga ninguno, y se puedan transportar a cualquier lugar con todo el espacio fijo sin dañarse, en la gran mayoría de los casos.

Cómo dividir el número 12

Los divisores naturales del número 12 son el 1, el 2, el 3, el 4, el 6, y el 12. Por lo que se puede dividir una docena de huevos en 1 grupo de 12 unidades; también dividirla en 2 grupos de 6 unidades; en 3 grupos de 4 unidades; en 4 grupos de 3 unidades; en 6 grupos de 2 unidades y en 12 grupos de 1 unidad.

Hay otras teorías que afirman que la docena de los huevos hace referencia a los 12 apóstoles, otros prefieren pensar en las 12 horas del día, incluso en los 12 meses del año. Aunque hay otra teoría que viene de los romanos, cuando llegaron a lo que hoy conocemos como Inglaterra desarrollaron un sistema de medidas y unidades que mezclaba lo local con lo imperial.

Un chelín estaba formado por 12 peniques, por lo que un huevo costaría 1 penique y 12, 1 chelín. Una tradición que se asentó a pesar del cambio de sistema e incluso cruzó el charco, llegando también en las colonias estadounidenses.

El éxito de la huevera actual

Fue en 1911 cuando un periodista creó la huevera que conocemos hoy en día. Joseph Coyle, editor y fundador de los periódicos Omenica Herald, Bulkey Pioneer e Interior News, era un ciudadano de la Columbia Británica al que le apasionaba inventar. Un día, escuchó una disputa entre el granjero local y el dueño de un hotel en Aldermere, enfrentados porque los huevos que le proporcionaba el granjero llegaban rotos a la cocina de su hotel.

Ese hecho inspiró a Coyle para fabricar una cajita de papel maché, a base de periódicos viejos, con huecos acolchados para cada huevo. Lo llamó Egg-Safety Carton y lo patentó en 1918. Más tarde se patentarían otras hueveras, pero la primera, es la suya.

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