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El momento del día en el que no deberíamos tomar café

Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), tomar café después de las 18:00 puede dificultar el sueño.

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Miles de españoles, por no decir millones, comienzan el día tomando una taza de café. Otros cuantos deciden beber una más después de comer, y los más valientes se toman una última durante la tarde. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el café lleva una cantidad importante de cafeína, lo que puede afectar a la calidad y la cantidad de sueño.

Según el informe “Café & Té: Hábitos de Consumo de Café en España”, un español consume de media 3,6 tazas de café a la semana, mientras que durante el fin de semana esa cifra se reduce a las 2,7 tazas. Por si te quedaban dudas del consumo del café en España, aquí va el dato: el 63% de los españoles mayores de 15 años toma una taza al día.

¿Qué lleva a los españoles a tomar tanto café? No hay una única respuesta, los motivos por los que una persona decide beberse un café pueden ser diversos. Por ejemplo, para ‘despertarse’ gracias a la cafeína o por el mero hecho de socializar, al quedar con amigos en alguna cafetería. Sin embargo, hay una determinada hora en la que tomar café puede suponer un mal sueño.

¿A partir de qué hora no es recomendable tomar café?

Según el Instituto Nacional de Salud Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), “la cafeína alcanza su nivel máximo en la sangre una hora después de consumirla. Usted puede seguir sintiendo los efectos de la cafeína por cuatro a seis horas”. Por ello, y de forma estimada, si tomamos un último café a partir de las 18:00 horas, podemos experimentar problemas para conciliar el sueño.

Y en cantidad, ¿cuánto es el máximo? Según esa misma fuente, no deberíamos consumir más de 400 miligramos de cafeína al día, lo que equivale a cuatro tazas de café. También hay que tener en cuenta que no solo el café lleva cafeína. Por ejemplo, las bebidas energéticas son refrescos a los que se le añaden cafeína, además de azúcares y otros suplementos.

“También existe la cafeína sintética (hecha por el hombre), que se añade a algunos medicamentos, alimentos y bebidas. Por ejemplo, algunos analgésicos, medicamentos para el resfrío y medicamentos de venta libre para la concentración contienen cafeína sintética. Lo mismo con bebidas energéticas y productos para ‘aumentar la energía’”, indica el NIH.

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