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El meteorito que contiene todos los ingredientes para la vida

El meteorito Winchcombe es actualmente el único meteorito que se ha visto caer en el Reino Unido en los últimos 30 años que se ha recuperado tras golpear la ciudad homónima de Gloucestershire en 2021.

Un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances, ha respaldado la idea de que los meteoritos trajeron moléculas importantes a la Tierra que ayudaron a preparar el escenario para la evolución de la vida. Una investigación que se ha podido hacer gracias a haber sido recuperado en Reino Unido en 2021.

Se ha confirmado que agua extraterrestre y componentes básicos del ADN, se encuentran entre los contenidos del raro meteorito que aterrizó en la ciudad homónima de Gloucestershire el año pasado, además con un estado de mantenimiento perfecto tras haber sido encontrado por los científicos.

El meteorito Winchcombe

La doctora Ashley King, quien codirigió el estudio y es experta en meteoritos afirma que “el meteorito de Winchcombe está increíblemente bien conservado y tiene todos los ingredientes que pueden comenzar a crear un entorno adecuado para que evolucione la vida”.

“La composición de su agua, basada en los isótopos de hidrógeno, es muy similar a la que se ve en los océanos de la Tierra mientras que los aminoácidos, que se utilizan para construir el ADN, también se encuentran en su interior. Sabemos que no ha sido contaminado, por lo que esta investigación agrega peso a las teorías de que los asteroides carbonosos fueron importantes para traer estas moléculas a la Tierra después de su formación”.

Si bien el meteorito Winchcombe pudo haber caído a la Tierra en la ciudad de Gloucestershire, sus orígenes se encuentran a más de 300 millones de kilómetros de distancia. La cantidad de cámaras que captaron la caída del meteorito a la Tierra ha permitido a los científicos rastrear su camino de regreso a su lugar de origen en el cinturón de asteroides.

Durante millones de años, el meteorito fue parte de un asteroide más grande que orbitaba entre Marte y Júpiter, lo que muestra evidencia de haber estado expuesto a los vientos solares del Sol, lo que sugiere que pasó parte de ese tiempo en la superficie del asteroide.

Hace menos de 300.000 años, todo esto cambiaría cuando una colisión en el cinturón de asteroides rompió la roca y arrojó el meteorito al espacio cercano a la Tierra. En el momento de su formación, se estima que pesaba alrededor de 30 kilogramos. Rápidamente terminó en órbita a unos 116 millones de kilómetros del Sol, que es unas 300 veces la distancia entre la Tierra y la Luna.

“Descubrimos que no pasó particularmente cerca del Sol en comparación con otros asteroides, y que solo estuvo viajando durante unos 300.000 años, lo cual es realmente rápido”, explica Ashley.

Así se trabaja con el meteorito

“El hecho de que cayera en una noche muy clara, y en una zona vigilada por cámaras, nos permitió localizarlo rápidamente. También fue una semana seca, lo que aseguró que pudiera empaquetarse rápidamente sin que la atmósfera de la Tierra lo alterara demasiado”, destaca Ashley.

“El primer material del camino de entrada se recuperó en aproximadamente 12 horas, lo que, salvo que aterrice en mi regazo mientras estoy en el museo, es tan rápido como se recuperará un meteorito. Nos da una visión prístina de cuál era su composición original en el asteroide, y las primeras mediciones de agua se realizaron menos de una semana después de que se recuperara”, añade.

La mayor parte de su masa está compuesta por filosilicatos, minerales ricos en arcilla que los investigadores que estudian Marte buscan como candidatos prometedores para preservar la materia orgánica. Si bien no hay evidencia de vida en Winchcombe, contiene moléculas orgánicas como lípidos y ácidos grasos. También contiene una variedad de otros materiales, incluidos hidrocarburos, metales como hierro, titanio y aluminio, y gases nobles atrapados como el neón.

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