NOTA DE PRENSA

Eficiencia y gestión responsable frente a la escasez hídrica en la Costa del Sol

La aplicación de nuevas tecnologías y la innovación se convierten en herramientas fundamentales para hacer frente a la desertificación

Gonzalo AzumendiGetty Images

La Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación (un compendio de actuaciones hasta 2030 para combatir este fenómeno) estima que el nivel de aridez se ha incrementado en el 74 % del territorio español. Las zonas más expuestas se encuentran en el arco mediterráneo, donde la escasez hídrica estructural es un problema recurrente que necesita acciones y medidas estratégicas a corto, medio y largo plazo para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.

La Costa del Sol, un territorio que en época estival puede llegar a superar los 1,2 millones de habitantes, es una de las zonas más castigadas por la escasez de agua. Las necesidades del recurso para el abastecimiento urbano y usos recreativos superan la propia disponibilidad de agua (unos 145hm3 anuales, frente a los 128hm3 disponibles), por lo que es absolutamente necesario aplicar todas las medidas necesarias para no desaprovechar ni una sola gota de agua.

Hidralia, empresa medioambiental gestora del agua en cinco de los 11 municipios costasoleños, ha conseguido un ahorro de 0,86 hm3 en el último año. Concretamente teniendo la comparativa de consumos entre los años 2020 y 2021, fueron más de 858.000 metros cúbicos de agua no ahorrada en un año, lo que supone el consumo medio anual de una población de más de 15.600 personas.

La transformación digital de la operativa en la gestión diaria de las redes, ha sido una de las principales bazas de la empresa para conseguir estos resultados, sobre todo la sensorización de la red, que permite la localización más directa y casi en tiempo real de las posibles fugas de agua por averías o fraudes, acompañada de la sectorización que restringe y acota cualquier pérdida de la red en un determinado sector, sin necesidad de influir en el resto del municipio.

La aplicación de los nuevos servicios digitales, ha conseguido que Hidralia mantenga en la Costal del Sol un rendimiento técnico como media superior al 82 por ciento. La telelectura es un elemento clave en este sentido, ya que al poder controlar cualquier variante en el consumo concreto de una vivienda o local, la localización de fugas o pequeños escapes de agua que sin este sistema serían más difíciles de emplazar se solventan de forma rápida, evitando el derroche.

En este sentido, destaca el municipio de Estepona, que en su primer año de implantación de este sistema en los contadores municipales (colegios, edificios púbicos, jardines…) consiguió un ahorro de 80 millones de litros.

La calidad del agua también puede mermar, debido a la escasez de agua en los embalses. A medida que un pantano pierde volumen de agua almacenada, se hace mayor la cantidad de materiales en suspensión, desde materia orgánica y sedimentos minerales a residuos prevenientes de la actividad humana, por lo que el agua captada para el consumo debe tener un mayor tratamiento de potabilización y vigilancia.

La monitorización de toda la red mediante el telecontrol implantado en los distintos servicios de la Costa del Sol por Hidralia también permite asegurar la calidad del agua abastecida y dar la alarma en caso necesario si se detecta cualquier episodio de posible aumento de los parámetros óptimos para el consumo.

Innovación

Las aguas subterráneas también son una fuente fundamental de agua para abastecimiento en esta importante zona turística. Los acuíferos, al igual que el agua superficial, están muy tensionados sobre todo en época estival y más en estos periodos de sequía, por lo que es necesario un aprovechamiento sostenible de los mismos, aplicando todas las herramientas necesarias para extraer exclusivamente el agua estrictamente necesaria. Por tanto, para una gestión sostenible de los acuíferos se debe llevar un control riguroso de las extracciones, niveles y calidad del agua para garantizar que se aprovecha de manera acorde a los recursos que de manera natural se recargan anualmente.

Hidralia, en colaboración con CETAQUA Andalucía y la Universidad de Málaga, lleva años realizando estudios en la zona para generar y afianzar ese necesario conocimiento. Por otro lado, la estrategia de digitalización de Hidralia ha permitido la sensorización y telecontrol de los sondeos que gestiona en la zona, con lo que en todo momento es posible conocer el estado de los acuíferos y el registro de su evolución en el tiempo.

Pero HIDRALIA hace años que va un paso más allá en la gestión sostenible de los acuíferos costeros de la Costa del Sol con su apuesta por la recarga gestionada de los mismos, donde se aprovechan excedentes de agua superficial en épocas de lluvia, ya que los arroyos costeros y sus acuíferos aluviales llevan mucha agua, para almacenarlos en acuíferos más profundos, que son más inerciales y permiten su uso en otras épocas del año en las que los arroyos no tienen agua de manera natural y además hay mayor demanda de agua por el turismo, como en verano, o bien como reservas estratégicas para situaciones de sequía. Estas experiencias se llevan a cabo desde hace más de diez años y son un referente a nivel nacional. En concreto se están inyectando de media unos 140.000 m3 anuales, en un sistema de recarga en profundidad que cuenta con sondeos específicamente preparados para ello.

El objetivo es seguir impulsando este tipo de experiencias. De hecho, actualmente se está culminando el denominado proyecto NERO, cuyo objetivo es desarrollar una metodología de levantamiento de zonas susceptibles de poder implantar estrategias de recarga gestionada de acuíferos, similares a las impulsadas ya por Hidralia, de manera que se pueda extrapolar a otros puntos de la Costa del Sol y otros territorios. Todo ello basado en información pública disponible.

Transformación digital e innovación aplicada a la gestión del agua en el ciclo urbano, que permitan un aprovechamiento responsable y sostenible del agua. Es fundamental la aplicación de una estrategia global para ayudar a afrontar los efectos del cambio de climático, con periodos cada vez más prolongados de escasez de precipitaciones, fundamentales para poder recargar las fuentes de abastecimiento.

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