La ‘enfermedad’ de los ahorradores: así es el ‘desorden financiero’
El problema se basa en el descontrol a la hora de gestionar nuestros gastos y se acentúa cuando es constante.
Pagar un alquiler, llenar la nevera, hacer frente a la suscripción mensual del gimnasio, salir a tomar algo con los amigos… Cada semana hacemos frente a numerosos gastos que, de no planificarlos bien, pueden provocar un desembolso constante del que sabemos salir. Bajan los números de nuestra cuenta y pocas veces los vemos subir.
Guardar parte del dinero que nos entra en la cuenta cada mes es una buena opción para crear un colchón económico al que podremos recurrir si en algún momento del año se nos vacía el bolsillo. La clave está en sobrellevar esas malas rachas y que no se vuelvan crónicas. Es decir, el problema aparece cuando el descontrol financiero es constante.
Es ahí cuando aparece el conocido ‘desorden financiero’. Según define BBVA, el desorden financiero “causa que gastes de forma compulsiva y sin pensar en el futuro, lo que ocasiona una falta de dinero constante. Es un síntoma de malos hábitos financiero”. Normalmente, se basa en un descontrol constante del dinero, en un gasto desordenado en el que no se piensa en las posibles deudas a contraer ni en los ingresos.
“Debemos ser muy serios y diferenciar primero entre lo que supone sufrir un desorden por compra compulsiva y simplemente una mala organización y control de nuestras finanzas. Así, el síndrome de desorden financiero efectivamente implica un problema de mayor complejidad que el segundo, y que suele tener detrás aspectos a tratar en profundidad pero que se reflejan en el campo económico-financiero, como la autoestima, la depresión, el estrés o la ansiedad”, explica a 20 Minutos el coach financiero Rafael Ferrer.
¿Quién suele padecer el ‘desorden financiero’? “Personas de diferente sexo y clases sociales, culturales y económicas pueden caer. Lo veo a diario. No obstante, aquellos perfiles que poseen un plan de futuro y un buen concepto de sí mismos suelen estar más alejados de ser sorprendidos por este tipo de comportamientos”, explica el coach.
Para combatir esta dificultad, según 20 Minutos, el primer paso es reconocer que lo tenemos y no evitar identificarlo. Tras ello, hay que analizar bien nuestras cuentas y facturas, con el objetivo de conocer nuestra situación financiera y mejorarla todo lo posible. “No hay que autocompadecerse o castigarse por lo sucedido, sino poner los medios necesarios para que no vuelva a suceder”, concluye Ferrer.
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