Dos signos que predicen la COVID persistente
“La disminución de la calidad de vida relacionada con el COVID persistente se predicen por la gravedad de las vías neuroinmunes y neurooxidativas durante la fase aguda y prolongada”.
Una investigación realizada por Michael Maes, quien desarrolló la teoría de la fatiga neuroinflamatoria y oxidativa, y actualmente trabaja en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Chulalongkorn, en Bangkok, ha estado realizando controles a pacientes.
Para el estudio eligieron 86 participantes con COVID persistente. Evaluaron el Instrumento de Calidad de Vida de la Organización Mundial de la Salud (WHO-QoL-BREF) y el fenotipo fisioafectivo del COVID persistente.
Escalas de fatiga para relacionar con la COVID
Se unen en el estudio para comprender las consecuencias, análisis de la depresión, la ansiedad y escalas que valoran la fibromialgia y la fatiga, para analizar las consecuencias de la COVID.
El propósito del estudio es “delinear los efectos de la temperatura corporal máxima y la saturación del oxígeno durante la infección aguda, así como el aumento de la neurotoxicidad a nivel físico, psicológico, social y ambiental en la calidad de vida relacionada con la salud en personas con COVID persistente”.
Los niveles de calcio afectan al COVID persistente
“El tratamiento con enoxaparina, que tiene efectos antitrombóticos, antiinflamatorios y neuroprotectores, se relacionó con una mejora de la calidad de vida”, cuenta Maes. Descubrieron que una disminución del calcio está relacionada, además del aumento de la PBT, la disminución en la saturación del oxígeno, pertenecer al sexo femenino y recibido una dosis de la vacuna de AstraZeneca o Pfizer.
Un dato que permitirá analizar de otra manera la enfermedad y abordar las consecuencias desde otra perspectiva tomando estos parámetros. La clave para poder predecir efectos a largo plazo: los biomarcadores inmunológicos e inflamatorios y la activación de las vías de estrés inmunológico y oxidativo.