Descubrimiento decisivo en Argelia
Han encontrado un nuevo yacimiento de gas, de “entre 100 y 340 mil millones de metros cúbicos condensados”, el mayor 20 años, que podría funcionar en noviembre de este año.
La economía argelina depende, sobre todo, de los hidrocarburos que llegan a sumar el 96% de sus exportaciones totales. Hasta 2022 fueron el principal proveedor de gas de España y sigue siendo uno de los suministradores principales a Europa.
Argelia envía el 37% del gas que consume España a través del gasoducto Medgaz a las costas de Almería, y el 5,5% a través de los barcos metaneros, según las cifras de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) correspondientes a 2021.
Sus recursos son claves en el conflicto internacional de la guerra de Rusia en Ucrania, más ahora que todos los países europeos buscan diversificar sus fuentes energéticas ante la dependencia del gas ruso y que no quieren utilizar por las sanciones impuestas.
Descubrimiento decisivo en Argelia
El descubrimiento de ayer en Argelia llena de esperanza al país y al resto de Europa. Se trata de un nuevo yacimiento de gas, con capacidad de entre 100 y 340 mil millones de metros cúbicos condensados, el mayor encontrado en 20 años, según ha informado la compañía, que está realizando pruebas para confirmarlo.
“Sonatrach, la empresa estatal argelina de hidrocarburos, ha evidenciado un importante potencial hidrocarburífero en el yacimiento de Lias Carbonate -LD2- en el perímetro de explotación de Hassi R’Mel. Estos volúmenes constituyen una de las mayores revalorizaciones de reservas ocurridas durante los últimos 20 años”, ha añadido.
La empresa indicó que en la actualidad está efectuando trabajos para confirmar los volúmenes descubiertos y lograr una producción rápida de alrededor de 10 millones de metros cúbicos por día a partir de noviembre de 2022, una fecha que sería clave para Europa.
El objetivo del Gobierno argelino es terminar con la dependencia del gas ruso en 2025, y la vista puesta en el plazo inmediato está en Italia, que consume el 40% del gas ruso ahora mismo y quiere ser su principal socio energético.