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¿Cuándo es el cambio de hora? Se adelanta o se atrasa el reloj

El próximo 26 de marzo a las 02.00 horas de la madrugada pasarán a ser las 03.00 horas, dando comienzo, así, al horario de verano.

Se acerca la primavera y, con ella, el primer cambio de hora del año. Esta vez, pasamos al horario de verano, en el que las horas de luz son más que las de noche. La fecha en la que se suele hacer efectivo este paso es el último domingo de marzo. Y, este 2023, es el próximo día 26.

En este primer cambio se adelantan los relojes una hora. Por lo tanto, a las 02.00 horas de la madrugada del 26 de marzo, pasarán a ser las 03.00 horas. A excepción de Canarias, donde este cambio se ejecutará a las 01.00 horas del mismo día. Así que durante la jornada de dicho domingo, dormiremos una hora menos.

Este acontecimiento suscita, desde siempre, un generalizado debate acerca de si es preciso llevar a cabo este cambio, cuál es su utilidad o si no se podría escoger uno y dejarlo para siempre. Sin embargo, el cambio de hora está pensado para amortizar el número de horas de luz diarias.

Durante 2018 se hizo una encuesta a ciudadanos europeos. De los 4,6 millones de personas que participaron, más del 80% se mostró a favor de poner fin al cambio de hora, mientras que la Comisión Europea propuso acabar con ello en 2019. Sin embargo, aunque se quisiera, ya hay una normativa vigente que dice que hasta 2026, como mínimo, no se va a poder dejar de efectuar este cambio. Así aparece reflejado en la Orden PCM/186/2022 del Boletín Oficial del Estado (BOE), donde se indican los próximos cambios de hora hasta dicho año.

¿Qué opina España?

La Sociedad Española del Sueño publicó en 2018 un informe en el que explicaba que el cambio de hora no resulta beneficioso para las personas. “Dormir adecuadamente las horas necesarias y mantener un ritmo regular del ciclo sueño‐vigilia es uno de los pilares fundamentales de la salud”, detallan.

“El cambio de horario, aunque solo sea de una hora, altera el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibra al reloj interno, que tarda varios días en reajustarse”, continúan. Y explican que “no es infrecuente que los primeros días después del cambio de hora algunas personas refieran irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio”.

Por lo tanto, concluyen que “lo más conveniente para la salud es que exista un horario estable sin cambios durante el año; y que se mantenga de forma permanente el horario de invierno”.

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