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¿Cómo ajustan el resto de países europeos sus planes de pensiones y en qué se diferencian con España?

La mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea ajustan las pensiones a la esperanza de vida o a la demografía.

El próximo 1 de enero España estrenará un nuevo mecanismo de ajuste de las pensiones que se llamará Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Se aprobó en la primera fase de la reforma de la Seguridad Social.

Este modelo de ajuste que aplicará España es muy diferente a los que se aplican en la mitad de los países europeos, que vinculan la evolución de las pensiones entre una o varias variables de entre estas tres: ligan la cuantía inicial de las pensiones a la esperanza de vida; fijan la edad de jubilación en función de la esperanza de vida; o revalorizan las pensiones según la demografía o la marcha de la economía.

Un estudio realizado por Rafael Doménech, responsable del análisis económico de BBVA Research ha comparado el ajuste de varios países europeos con el de España. Según este, Chipre, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Italia, Malta, Holanda y Portugal, varian sus edades de jubilación en función de si sus trabajadores aumentan o no su esperanza de vida.

Además, entre estos, Finlandia, Italia y Portugal también modifican la cuantía inicial de la prestación con la esperanza de vida. Es decir, cuanto mayor sea la esperanza de vida en el país, más tarde se llega a la jubilación y más baja su cuantía. Por su parte, Alemania, Estonia, Grecia, Lituania, Portugal y Suecia ajustan sus pensiones con la evolución demográfica.

¿Cómo funciona el MEI?

El nuevo modelo de España sustituye al factor de sostenibilidad aprobado en 2013 que vinculaba la cuantía inicial de la pensión con la esperanza de vida, aunque nunca llegó a aplicarse. Por el contrario, el actual MEI no actúa sobre el gasto futuro, sino solo sobre los ingresos, ya que consiste en aumentar la recaudación finalista para el pago de jubilaciones.

De esta forma, a partir de enero la Seguridad Social empezará a aplicar una sobrecotización del 0,6% a las empresas. Este recargo se realizará durante los años 2023 y 2032. Lo que se recuade con dicha sobrecotización se incorporará al fondo de reservas de las pensiones, que se espera que, solo el próximo año, sea de casi 3.000 millones de euros.

La cantidad que se acumule no se podrá sacar de la hucha de las pensiones hasta el año 2032, ya que será en la próxima década cuando se dispare más el gasto en pensiones por la jubilación de la generación del baby boom.

La petición de Bruselas

A ojos de la Comisión Europea, este ajuste no es del todo automático, sino semiautomático porque solo actúa por el lado de los ingresos y no determina ningún ajuste en función de otras variables como hacen otros países miembros.

Por ello, Bruselas ha pedido al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que diseñe un mecanismo totalmente automático que prevea una actuación a futuro sobre el aumento de gasto.

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