CIENCIA

Los síntomas del cáncer de piel

Las señales de esta enfermedad se pueden manifestar tanto en zonas de la piel expuestas normalmente al sol como en otras más ocultas

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Uno de los mayores riesgos de la exposición prolongada al sol es el desarrollo de cáncer de piel. Esto se debe a la radiación ultravioleta, que puede motivar un crecimiento anómalo de células en algunas zonas del cuerpo. Conviene estar atento ante la eventual aparición de señales, ya que cuanto antes se detecte esta dolencia más probabilidades habrá de que el tratamiento sea eficaz.

Muchos piensan que los indicios de este tipo de cáncer solo aparecen en los lugares directamente expuestos a la luz solar. Pero no es así. También existe la posibilidad de que aparezcan en zonas más remotas, como los genitales, en las plantas de las manos y los pies o hasta bajo las uñas. No hay que obsesionarse, pero sí conviene ser precavido. Por eso, es recomendable hacer exploraciones periódicas de nuestro cuerpo por si hubiera alguna anomalía que nos llame la atención.

Confiar en los especialistas

No obstante, también cabe puntualizar que cualquiera de estas manifestaciones típicas del cáncer también son comunes a otras enfermedades y causas, por lo que lo mejor es, siempre, consultar a los doctores, que son los que de verdad podrán dar una respuesta informada a ante estas situaciones. Cuidarse empieza por confiar en los que saben.

Los carcinomas de células basales son más proclives a hacer acto de presencia en las regiones del cuerpo más expuestas al sol, como la cara o el cuello. Las señales puedes incluir un bulto ceroso, una marca o cicatriz amarronada o una úlcera sangrante. En caso de observar alguno de estos síntomas, conviene consultar a un especialista para que lo revise apropiadamente.

El carcinoma espinocelular puede aparecer indistintamente en zonas expuestas u ocultas al sol. Las personas de tez más oscura suelen ser más propensos a desarrollarlos en sitios ocultos a los rayos. Puede manifestarse en forma de un nódulo rojo y firme o de una lesión escamosa que produce costras. Y, por último, está el melanoma. Este puede aparecer en cualquier parte del cuerpo o incluso como un lunar que se ha vuelto canceroso. En este último caso, se distinguirá porque el lunar ha cambiado de tono o de dimensiones. También como una lesión que duele o escuece, o un área sospechosa de tono marrón con trazas más oscuras.

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