La gran esperanza para la enfermedad que golpea a 800 millones de personas avanza con una cura prometedora
Un innovador tratamiento basado en la harmina y células alfa podría transformar el tratamiento de la diabetes y reducir la dependencia de la insulina
La diabetes, una de las enfermedades más extendidas en el mundo, afecta actualmente a más de 800 millones de personas, un aumento alarmante en comparación con los 190 millones registrados en 1990. Esta crisis mundial ha llevado a la comunidad científica a buscar incansablemente una cura, y por fin, parece haber una luz al final del túnel.
Investigadores han hecho avances significativos en el desarrollo de un tratamiento que podría revolucionar el manejo de la enfermedad.
Adiós a las inyecciones diarias
La clave de este avance radica en la harmina, un fármaco que los científicos descubrieron en 2015 como una posible herramienta para regenerar las células beta del páncreas, aquellas encargadas de producir insulina. Este medicamento pertenece a un grupo de inhibidores conocidos como DYRK1A, y su eficacia se ha incrementado cuando se combina con otros tratamientos, como los agonistas del receptor GLP-1, entre ellos la semaglutida y la exenatida. A lo largo de los últimos años, los estudios han demostrado que la harmina puede multiplicar la masa de las células beta hasta en un 700% cuando se combina con un GLP-1RA.
Sin embargo, el avance más relevante proviene de un descubrimiento reciente: las células alfa, otro tipo de células pancreáticas, pueden convertirse en células beta. Este hallazgo ha abierto nuevas posibilidades en la regeneración de las células beta, especialmente en personas con diabetes tipo 1 y tipo 2. Dado que las células alfa están presentes en grandes cantidades en los pacientes diabéticos, los investigadores creen que pueden ser la clave para restaurar la producción de insulina sin necesidad de inyecciones diarias.
Esperanza para todos los diabéticos
“Este es un descubrimiento emocionante que muestra que los medicamentos de la familia harmina pueden estimular la renovación de las células en los islotes de Langerhans humanos”, afirma Esra Karakose, una de las investigadoras responsables del estudio. “Esto significaría que las personas con todas las formas de diabetes tienen una gran ‘reserva’ de futuras células beta esperando ser activadas por medicamentos como la harmina”.
Con la posibilidad de que este tratamiento se desarrolle aún más, los pacientes podrían dejar atrás el tedioso y costoso proceso de inyecciones de insulina. En lugar de eso, una simple pastilla, tal vez combinada con un GLP-1RA, podría ofrecer una solución accesible y asequible para millones de personas en todo el mundo.
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