Esta es la edad a la que el envejecimiento empieza a acelerarse, según un estudio

La vejez podría ser una de las mayores obsesiones de la humanidad en los últimos años. La “eterna juventud”, tan ansiada por marcas, clientes y celebridades, en su mayoría. Todos y todas desean mantenerse en esos años “mozos”, que suelen rondar entre la veintena y la treintena. Sin embargo, no es habitual preguntarse, ¿cuándo se acaba? O en otras palabras, ¿cuándo se empieza realmente a envejecer?

Pues a diferencia de aquellos o aquellas que pueden pensar que se produce de forma constante a lo largo de la vida, un estudio publicado en la revista Cell ha dado la vuelta a la tortilla. Y es que según sus conclusiones, el cuerpo humano no se marchita de forma lineal, sino que sufre un giro brusco a partir de los 50 años, momento en el que el deterioro de órganos y tejidos se acelera notablemente. Este hallazgo proviene de un proyecto científico ambicioso liderado por la Academia China de Ciencias, que ha trazado un atlas proteómico —una especie de mapa molecular— de 13 órganos humanos a lo largo de cinco décadas de vida.

Para construirlo, los investigadores analizaron más de 500 muestras de tejidos de 76 personas fallecidas entre los 14 y 68 años por traumatismos craneales accidentales. Lo que encontraron fue un patrón claro: entre los 45 y los 55 años, de media a los 50, el organismo atraviesa una etapa de profunda remodelación biológica, con cambios drásticos en la composición proteica de órganos clave.

Los vasos sanguíneos fueron los primeros en mostrar signos de declive acelerado. Le siguieron el páncreas y el bazo, órganos fundamentales para el metabolismo y la función inmunitaria, respectivamente. Esta secuencia del deterioro no es casual: refleja una desregulación progresiva de los sistemas que sostienen el equilibrio fisiológico. Más aún, las glándulas suprarrenales mostraron señales tempranas de envejecimiento desde los 30 años, lo que sugiere que algunos cambios se gestan mucho antes de lo que se cree.

No es la primera vez que se identifican “escalones” en el envejecimiento humano. Una investigación previa, publicada en Nature Ageing en 2024, ya había detectado dos momentos críticos: uno alrededor de los 44 años y otro a los 60, ambos asociados con alteraciones moleculares profundas. Sin embargo, el nuevo estudio aporta un nivel de detalle sin precedentes al centrarse en más de 12.000 proteínas y en cómo varían entre tejidos conforme avanza la edad.

Las proteínas del envejecimiento

Uno de los descubrimientos más interesantes fue la acumulación de ciertas proteínas, como GAS6 y GPNMB, que aumentan con la edad y están relacionadas con el envejecimiento de las células, la inflamación y el daño en los vasos sanguíneos. Para comprobar su efecto, los científicos hicieron pruebas con ratones, y al introducir GAS6, los animales mostraron señales de vejez acelerada, como pérdida de fuerza, problemas para mantener el equilibrio y daños en sus arterias. Esto sugiere que estas proteínas no solo reflejan el paso del tiempo, sino que también pueden estar ayudando a provocar su efecto en el cuerpo.

Además, el estudio mostró que con los años el sistema de mantenimiento interno del organismo deja de funcionar tan bien. Este se encarga de fabricar y eliminar proteínas de manera equilibrada, pero cuando se desequilibra, se acumulan residuos dañinos como los amiloides, que están implicados en enfermedades como el Alzheimer. Estos residuos también provocan una inflamación constante en los órganos.

Con este diagnóstico, los autores del estudio pretenden divulgar esta información para crear herramientas que puedan medir con precisión la edad biológica de cada órgano. Eso permitiría detectar qué partes del cuerpo están envejeciendo más rápido y actuar a tiempo, antes de que aparezcan enfermedades. De este modo, se podrían desarrollar tratamientos personalizados para cada persona, enfocados en mantener más jóvenes los órganos que más lo necesitan.

En palabras de los propios investigadores, la idea no es solo vivir más años, sino vivirlos con mayor salud y calidad de vida. Entender cuándo y cómo envejecen nuestros órganos es un paso clave para diseñar terapias que retrasen ese proceso y nos permitan mantenernos activos por más tiempo. Y quién sabe, si alcanzar esa quimera, cada vez más real, de la juventud eterna.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí