SOCIEDAD

El misterio del agujero más profundo de la Tierra que la URSS selló tras un hallazgo a los 12.000m

La Unión Soviética asumió el desafío de explorar las profundidades de la Tierra en 1970, y tras 20 años se llegó a una profundidad de 12.262 metros.

Wikimedia Commons

Como ya conocemos, la ambición China en la exploración de “pozos superprofundos” ha animado al gigante asiático a excavar un pozo de 11 kilómetros de profundidad con el objetivo de explorar, comprender mejor el subsuelo y encontrar recursos petroleros en tan sólo 457 días, pero no será el pozo más profundo de la historia.

La URSS ya se adelantó a China

La Unión Soviética asumió el desafío de explorar las profundidades de la Tierra en 1970, con la audaz meta de alcanzar los 15.000 metros de profundidad. Utilizando perforadoras como las Uralmash-4E y Uralmash-15000, se perforaron varios pozos, siendo el SG-3 el más profundo de todos. Después de nueve años de arduo trabajo, el 6 de junio de 1979, se logró batir el récord de profundidad establecido por el pozo Bertha Rogers en Estados Unidos, con 9.583 metros.

En 1983, la profundidad alcanzó los 12,000 metros, y se detuvieron las perforaciones durante un año para permitir la visita de especialistas al lugar. Aunque se reanudaron en 1984 a un ritmo más pausado, un desafortunado incidente ocurrió el 27 de septiembre de 1985, cuando parte del pozo colapsó y se rellenaron 5.000 metros de tierra.

Los imprevistos frenaron su curso

La decepción fue palpable, ya que se tuvo que reiniciar la perforación desde los 7.000 metros. Sin embargo, con un último esfuerzo en 1989, se logró alcanzar la impresionante profundidad de 12.262 metros.

El optimismo de los responsables se desvaneció cuando, al acercarse al objetivo de 15.000 metros, se encontraron con sorpresas inesperadas. Las temperaturas se dispararon a 185 °C, el doble de las previsiones, y la roca a esas profundidades resultó ser menos densa de lo imaginado, permitiendo el flujo continuo de fango e hidrógeno, creando condiciones impredecibles.

Ante la inviabilidad de continuar en tales condiciones, la perforación se detuvo poco antes de la caída de la URSS, cerrándose definitivamente en 1995. El agujero permanece sellado hasta el día de hoy, sin que nadie haya superado esa marca.

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