Avistan un tiburón en la costa de Alicante

Los bañistas de la playa Punta Molins de Denia (Alicante) se dieron un susto el pasado jueves cuando un pequeño tiburón, muy probablemente una tintorera, se acercó a la costa y nadó durante un largo rato en aguas poco profundas, casi en la orilla.

El suceso provocó que los bañistas salieran rápidamente del agua y observasen al animal desde la playa, donde este no pudiera alcanzarlos. La tintorera apareció casi al anochecer, causando un revuelo inmediato tanto en niños como en adultos. El medio Levante-EMV ha publicado en un artículo el vídeo de uno de los bañistas.

Algunos de los presentes grabaron al tiburón desde la orilla y las rocas cercanas al agua donde el pequeño tiburón nadaba, mientras que otros bañistas aprovecharon la ocasión para llamar a los servicios de emergencias y avisar del avistamiento.

¿Cómo de peligrosas son las tintoreras?

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), las tintoreras nadan “en aguas muy superficiales, aunque en ocasiones pueden descender a profundidades de hasta 200 metros” y “pueden encontrarse cerca de la costa”. El Centro de Recuperación de Animales Marinos (CRAM) asegura que la tintorera “es una especie más activa por la noche y realiza migraciones relacionadas con su reproducción y con la captura de sus presas”.

Pero ¿cómo de peligrosa es una tintorera? En 2016 un animal de estas características mordió la mano de un hombre en una playa de Elche. Sobre ese suceso, Claudio Barría, especialista en tiburones del Instituto Ciencias del Mar de Barcelona, contó a Verne que “es poco habitual” que ocurra una mordedura de este tipo.

Según el International Shark Attack Files, que recopila este tipo de casos, en España solo se han registrado seis ataques de tiburones a bañistas desde el año 1900, ninguno de ellos con un desenlace fatal. En Canarias se han registrado otros seis, ninguno de ellos fatal.

“Esta especie, en el Mediterráneo no supera los 3 metros cuando son adultos, pero tiene una dentadura muy potente. Si este animal te quisiera atacar no saldrías solo con una mordedura en la mano. Lo apropiado es hablar de mordidas exploratorias que hacen, por ejemplo, para ver si lo que está flotando en el agua es un alimento o no. Otra posibilidad es que se trate de un acto reflejo que realiza al sentirse amenazado”, explicó entonces Barría.