Así evolucionará la pensión máxima: de 3.000 euros a 9.000

En la segunda parte de la reforma de pensiones que negocian los agentes sociales con el Gobierno destacan dos medidas por encima del resto: la ampliación del periodo de dos años cotizados para el cómputo de la pensión y el destope de las bases máximas de cotización estrechamente vinculado al aumento progresivo de la pensión máxima de jubilación.

Y bien, se dice progresivo porque avanza gradualmente. Y es que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones plantea que el incremento de la pensión se produzca a menor ritmo que el de las cotizaciones a satisfacer por parte de las rentas más altas. Cabe recordar que el aumento de las pensiones lleva en vigor desde el 1 de enero de este 2023 y forma parte del Plan Nacional de respuesta a la guerra de Ucrania elaborado por el Gobierno.

Segunda fase de subida más intensa

De esta forma, los pensionistas podrán afianzar su poder adquisitivo en un contexto de subida constante de los precios derivada de la guerra de Ucrania iniciada el pasado mes de febrero, para continuar con este proceso más adelante. Más concretamente, el Gobierno propone una senda de subida de las cotizaciones del 30% entre 2025 y 2050, mientras que el aumento de la pensión máxima en ese periodo sería del 3%.

Es decir, la senda de subida de la prestación es diez menor que la de la aportación a realizar a la Seguridad Social. Como esta medida es contraria al principio de contributividad de la Seguridad Social (significa que cada uno va a recibir en el futuro una pensión de acuerdo a sus contribuciones al sistema, exigiendo un mínimo de 15 años para acceder al derecho), el Gobierno ha previsto una segunda fase de subida más intensa.

¿Cuándo empezará y terminará?

Con esto, se pretende alcanzar una revalorización equivalente al 30% que crecerá la base máxima de cotización. Así, esta segunda fase duraría 15 años, finalizando en 2065, y conllevaría que la prestación máxima ascienda un 12,7% en estos tres lustros. Es por ello que el aumento acumulado hasta este año sería del 16%.

En definitiva, esta subida será solo la correspondiente al proceso de destope que se fijó como una de las medidas a incluir en la reforma de las pensiones comunicada a la Comisión Europea como contrapartida a llegada de los fondos para la reconstrucción. Esta primera parte empezará en 2025 y terminará en 2050 para la cotización máxima y en 2065 para la pensión máxima.

Crecimiento de la pensión máxima

Simultáneamente, el Gobierno aplicará una subida de las bases máximas de cotización y de la pensión máxima por el avance de la inflación. De esta manera, a esos porcentajes de incremento que el Ejecutivo prevé por el destope se añadirá el porcentaje correspondiente al IPC. El resultado es que la pensión máxima crecerá en las próximas cuatro décadas unos 6.738 euros.

Es decir, pasará de los actuales 3.059 euros mensuales a 9.797 euros al mes en 2065. Para esta época, la base máxima de cotización, que dará derecho a esas desorbitadas cuantías se situará en los 14.244 euros al mes (desde los 4.495 euros mensuales). El único inconveniente en relación a esto es si existe o no una correlación con el nivel de las aportaciones realizadas por esos sueldos elevados que generan derecho a estas cuantías.