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Alerta alimentaria en unas latas de atún

Las autoridades sanitarias advierten de la presencia de histaminas en latas de atún de un kilo de las marcas Montey y Didilo. Recomiendan devolverlo al punto de compra.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que depende directamente del Ministerio de Consumo, ha informado de la retirada del mercado de unas latas de atún conservado en aceite de girasol. El motivo, según explican en su página web, es la detección histaminas en el producto. Se trata de un contaminante que se puede producir cuando, en condiciones de degradación, aparecen bacterias que descomponen la histidina, un aminoácido que se encuentra en las proteínas alimentarias.

La notificación ha llegado al estamento sanitario a través de las autoridades de La Rioja, que lo pusieron en conocimiento de la AESAN mediante el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI). El producto, aseguran, se ha distribuido en la Comunidad Valenciana, si bien no se descarta que se haya podido dispensar en otras comunidades autónomas.

“El fabricante va a proceder a la retirada de los productos afectados del mercado”, indica AESAN en el comunicado. El producto en sí es una lata de un kilo (formato RO900), de las marcas Montey y Didilo, siendo el lote L03922JC, con fecha de caducidad de 08/02/2027 y que se vende a temperatura ambiente.

Según los datos hasta ahora conocidos, no hay constancia de que se haya producido ningún caso en relación a esta alerta. No obstante, AESAN recomienda a quienes tengan este producto “que se abstengan de consumirlos y los devuelvan al punto de compra”.

Histaminosis

Un exceso de histamina en el organismo, debido al consumo de alimentos que la contienen, puede derivar en diferentes síntomas adversos. Pueden ir desde simples picores en las palmas y plantes de los pies, ronchas en la piel o dolor de cabeza, pero también otros más graves como hipotensión o un shock anafiláctico, al igual que en las reacciones alérgicas graves.

Esta sustancia puede aparecer por la “pérdida de frescura del pescado, una mala conservación a temperatura inadecuada o por fallos en la higiene y manipulación”, informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Los pescados más susceptibles de presentarla son algunos de los calificados como azules, como pueden ser el atún o el bonito, la caballa, los boquerones o las anchoas.

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