El (pen)último servicio de Navas

El (pen)último servicio de Jesús Navas, que anuncia para diciembre su jubilación, le dio al Sevilla su primera victoria de esta Liga para sacarle del descenso y apagar los incendios de una tarde que había comenzado con tormenta social contra la directiva y terminó entre gritos hacia la actuación del árbitro Busquets Ferrer. El balear no señaló lo que parecía un clarísimo penalti de Bertug por manos, expulsó a Juanlu por doble amarilla e indicó un descuento kilométrico, de nada menos que 14 minutos. No era, no está siendo el momento del Getafe, que compite como siempre pero al que se le notan las penurias del límite salarial como nunca. Poco más puede hacer Bordalás sin delanteros.

García Pimienta se echó en los brazos o más bien las piernas de Navas, que ha vuelto a sus orígenes de extremo. Había dejado de carburar el Sevilla tras un inicio prometedor, enredado ya en la tela de araña azulona, cuando Jesús recogió un balón en la esquina del área para mandar un derechazo (1-0, 24′) a la escuadra. Todo lo puede el niño de Los Palacios, hasta convertir el plebiscito contra la directiva en un homenaje a su epopéyica carrera.

Al Geta volvió a pesarle, sobre todo arriba, el minimalismo al que la limitadísima plantilla del Getafe obliga a Bordalás, que de nuevo tuvo que tirar del hasta hace dos días pivote Uche como delantero centro. Al nigeriano se le notó la falta de instinto en la primera gran ocasión del partido, la mejor de los azulones. Marcao pecó (como tantas veces) de suficiencia, Bertug le robó la pelota y Uche, solo ante Nyland, la picó por encima del portero noruego para que su pelota se estrellara en el palo.

Isaac Romero sí que tenía estrella ante las porterías contrarias, pero parece haberla perdido ¿irremisiblemente? El lebrijano desperdició un par de grandes ocasiones para ampliar la ventaja sevillista antes del descanso. En la primera la cruzó demasiado. La segunda se la puso botando, literalmente, Nyland con un gran pase largo: había que superar a Soria, fuera ya de la portería. Y la mandó demasiado alto.

Nyland volvió a habilitar a Navas en la primera gran oportunidad de la segunda mitad, pero el portero getafense se impuso entre el palaciego y un doblete. El Getafe amagaba sin dar, apenas un gol anulado a Bertug por fuera de juego, y sólo una desgracia podía poner en peligro la victoria nervionense. Esa desgracia llegó (expulsión de Juanlu por doble amarilla), justo antes de un descuento-casi-prórroga que el los azulones, impotentes arriba, no supieron aprovechar.

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