ACTUALIDAD

Advertencia del Kremlin de lo que pasará tras la entrada de Finlandia en la OTAN

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, aseguró que las últimas acciones de Estados Unidos y sus aliados podrían conducir a la internacionalización del conflicto ucraniano

RAMIL SITDIKOVGetty

Continúa el frágil equilibrio entre bloques. Una realidad internacional que tiene, cada vez más, reminiscencias de una época que se creía superada. Una en la que el mundo se definía por antagonismos aparentemente irreconciliables entre dos sistemas llamados a colisionar en la defensa de su visión incompatible de la economía y la sociedad. Desde que Rusia lanzó su “operación militar especial”, Estados Unidos puso toda su maquinaria a trabajar entre bambalinas por mantener la hegemonía en los puntos más orientales de Europa.

Zelenski ha tenido en Joe Biden a su mayor valedor. Un proveedor fiel de armamento que ha servido como parapeto para las tropas defensoras de Kiev, un régimen que hasta tiempos relativamente recientes tenía un ejército considerado de parco desarrollo. Lo que Putin presumió que sería una incursión rápida para trastocar los equilibrios en Occidente se ha acabado tornando en un conflicto cada vez más estático, de trincheras que apenas se mueven y ciudades siempre asediadas pero nunca conquistadas.

Esto ha dado algo de oxígeno al bloque otánico, que ha recalculado sus posibilidades y trazado una estrategia a largo plazo que contemple todos los escenarios, incluso los más fatales. La expresión más evidente de este viraje es la promoción de una ampliación exprés, con el acercamiento a los tradicionalmente neutrales países nórdicos Suecia y Finlandia. No obstante, la hoja de ruta se ha visto momentáneamente lastrada por las reticencias turcas, que aún no han perdonado a los suecos su vinculación con la causa kurda.

Retórica de incendio

El actor que sí ha saltado al campo de juego es Finlandia, que ha sido más discreta en sus acciones diplomáticas recientes y no tenía enemistades reseñables en el flanco occidental del mundo. Pero la entrada de este país, fronterizo con Rusia, ha causado sudores y rabia en los pasillos del Kremlin, que ven como otro de sus vecinos alinea sus capacidades bélicas con los intereses de sus rivales directos. Una vez más, la fuerza de Putin y sus allegados reside en la retórica que preconiza un muy temido incendio inextinguible.

En esta ocasión, ha sido el ministro de Defensa, uno de los máximos responsables del plan de despliegue de tropas en Ucrania, el encargado de poner el grito en el cielo. Según Serguéi Shoigú, el último movimiento de la OTAN amenaza sustancialmente la posibilidad de mantener la integridad territorial rusa, argumento que ha sido muy enarbolado por Moscú a lo largo del último año. Además, advierte que este tipo de pasos hacia el expansionismo por parte del enemigo ponen en peligro la paz mundial y podrían desencadenar una internacionalización del conflicto armado. De nuevo, usando como espantajo la posibilidad fatal de una guerra global y potencialmente devastadora para la humanidad.

Otro de los grandes motivos de discordia entre la Casa Blanca y el Kremlin es la intensificación de los envíos de armamento a Ucrania. Shoigú asegura que Biden está meditando seriamente la posibilidad de enviar cazas de combate a Zelenski, lo que supondría elevar un peldaño la crudeza de una colisión que ya está siendo demoledora para ambos bandos. No obstante, la posición de Washington, al menos de cara a la galería, sigue siendo negativa respecto al suministro de vehículos militares aéreos. La sensación que se desprende de este ambiente irrespirable es que, cualquier paso en falso, a uno u otro lado del globo, puede tener consecuencias preocupantes.

Lo más visto

Más noticias