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Syberia

Syberia

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Tu misión en esta aventura es acudir a un pueblo de los Alpes Franceses, Valadiléne, para cerrar un trato con la familia Voralberg, que a su vez es dueña de otra fábrica que interesa mucho a los jefes de Kate y que por falta de pago se encuentra en venta.

Crucé el puente sobre el río y fui a la izquierda, encontré una consola de control con un teléfono escrito sobre ella. Llamé por teléfono al centro de control y me enteré de los códigos necesarios para controlar las esclusas del río, nunca se sabe cuando vas a necesitar algo así.Salí de la estación y me fui a la derecha, bajé por unas escaleras y encontré a un simpático marinero y su mujer, al principio pensé que me tomaban el pelo pero al final resultó que simplemente no sabía hablar o bien se le había perdido la dentadura y no era capaz de articular una sola vocal como dios manda. Les pedí ayuda para mover el tren hasta la máquina de dar cuerda, tras un pequeño regateo de precio llegamos a un acuerdo, por cien pavos me echaría una mano.

Regresé a la explanada junto a la salida de la estación y fui a la derecha, subí unas escaleras flanqueadas por majestuosas estatuas de mamut, que trompas tan enormes, creo que el artista tenía algún tipo de trauma fálico. Las escaleras daban a una plaza muy mona, con un curioso quiosco musical que en ese momento no estaba en funcionamiento, me jugaba algo que el futuro de mi viaje pendería de hacer funcionar ese quiosco, para que luego digan que el sexto sentido femenino no existe. Me acerqué a echar un vistazo al artilugio pero lo único que encontré fue una extraña puerta, la cual parecía estar atascada o estropeada, en cualquier caso me fijé que tenia una especie de balanza y en uno de sus lados tenía algo similar a un huevo.

Tras mi pequeña incursión en el quiosco entré en la universidad. Nada mas entrar me encontré con una gran sala presidida por un gigantesco esqueleto de mamut, que obsesión tienen por aquí con estos bichos.