Syberia
Syberia - 1.Vadalidene
Tu misión en esta aventura es acudir a un pueblo de los Alpes Franceses, Valadiléne, para cerrar un trato con la familia Voralberg, que a su vez es dueña de otra fábrica que interesa mucho a los jefes de Kate y que por falta de pago se encuentra en venta.
1. Vadalidene
Bueno, allí estaba yo, perdida en un pueblo de la Francia profunda, lloviendo a cántaros y sin mas información que la necesaria para conseguir el contrato de compra de una peculiar fábrica de autómatas y la dirección de un hotel, el cual no fue difícil de encontrar, teniendo en cuenta que solo hay uno y que el pueblo esta compuesto por la friolera cantidad de una calle. Después de un buen paseo y observar un curioso cortejo fúnebre llegué a mi destino.
Se trataba de un hotelito bastante apañado, limpio y creo que con cuarto de baño, pero en ningún momento tuve necesidad de ir, por lo que, ni idea de si esa misteriosa puerta de mi habitación era un baño o el cuarto donde el dueño daba rienda suelta a sus fantasías. El caso es que cuando llegue no había nadie en la recepción, tan solo un chico bastante reacio a hablar y que no me dio muchas pistas, la verdad. Miré el mostrador de recepción y vi un peculiar llamador, use la llave que había junto a él para darle cuerda y hacer que funcionara, al momento el conserje apareció y pude pedirle mi habitación, esa que no sé si tenia baño. Tras una breve conversación con el conserje recogí mi maleta y fui a mi habitación, dejé mi equipaje y recogí el correo (eso es eficacia, no he llegado y ya tengo correo), en fin, tras leerlo decido llamar a la oficina con el móvil, hablé con mi jefe y me comento que me mandaría un fax de presentación para el notario local, encargado de llevar los asuntos de la compra por parte de los actuales dueños de la fábrica.
Hablé con el simpático conserje y le pedí el fax, se ausentó un momento y me lo dio. Traté de ir al notario pero una misteriosa fuerza me retuvo en el hotel hasta que cogí un panfleto turístico de la zona, quizá me dijera donde encontrar un buen bar para olvidar mis penas, después hablé con momo de nuevo y con el conserje, tras la conversación el chico se fue muy airado, dejando caer en su salida cuatro engranajes, dos en el suelo y otros dos sobre la mesa.