La gran estrella griega de los primeros juegos modernos, los de Atenas de 1896, fue Spiridon Louis. Los locales habían sido heridos en su orgullo durante todo el concurso atlético, ya que no habían ganado ni una sola prueba a pesar de creerse favoritos sólo por ser los descendentes de los antiguos atletas. En la última oportunidad, en la prueba de maratón, las noticias que llegaban a través de los mensajeros, que seguían la carrera en bicicleta o a caballo, no eran nada halagüeñas, ya que tres de los cuatro extranjeros que participaban lideraban la carrera. La última noticia recibida por los 100.000 espectadores que abarrotaban el estadio fue que el australiano Flack marchaba solo en cabeza en los aledaños del estadio, por lo que la desilusión fue generalizada. Pero, para la sorpresa y jolgorio de todos los asistentes al estadio Panatenáico, el rumor de que un corredor local se había puesto en cabeza cobraba fuerza y se confirmó cuando un joven pastor de la cercana Maroussi, que no era ninguno de los favoritos helenos, se vistió de Filípides y se llevó la carrera y la primera y única victoria griega en atletismo en la primera edición. Posteriormente, se supo que los tres corredores foráneos habían desfallecido por falta de fuerzas y que Spiridón había sabido reservarse. La sorprendente victoria, que salvaba el orgullo patrio, convirtió al humile pastor en toda una personalidad nacional. Hoy se dice de él que fue el atleta amateur mejor pagado de la historia, ya que tras su coronación, y a pesar de no volver a competir, se vio colmado de atenciones, regalos y hasta las tiendas y peluquerías le concedieron sus servicios gratuitos para toda la vida. Curiosamente, la leyenda también dice que no aceptó ninguna de esas ofrendas, a excepción de una mula y un carro, que necesitaba para poder llevar agua a su pueblo. El reconocimiento del movimiento olímpico le fue ofrecido 40 años después, cuando en los Juegos Olímpicos de Berlín fue nombrado Presidente de Honor. Y cuatro más tarde, en 1940, Spiridón falleció. Pero su mito se mantuvo, sobre todo en su Grecia natal, que cuando en 2004 volvió a albergar una edición olímpica bautizó el nuevo estadio olímpico con su nombre. Javier Lujambio
Ediciones internacionales
Apps
Síguenos
Diario AS S.L. realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.
© DIARIO AS, S.L. - Valentín Beato, 44 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 375 25 00