Shenmue 2
Shenmue 2 - Día 26
SEGA presenta el retorno de un clásico que ha hecho temblar los cimientos de la industria del videojuego y que la ha llevado a cotas de realismo inimaginables años atrás. La gran despedida soñada por Yu Suzuki y su mítico AM2 toma forma en este tributo a Dreamcast...
DIA 26
A medianoche, Ryo se despertó para entrenar un poco fuera, aprovechando que había parado de llover. Admirad los tremendos gráficos de la escena siguiente porque muy pocas veces podréis ver algunas iguales.
Tras liberar un poco el 'ki', (energía espiritual que necesitan expulsar los luchadores profesionales cada cierto tiempo para no 'oxidarse'), Shen Hua se despertó y le advirtió que tuviera cuidado con los lobos a estas horas de la noche. Mejor sería entrar, ahora Shen Hua vigilaría el fuego.
Unas horas más tarde, Ryo oyó una dulce voz entonando un cántico. Se asomó afuera, era Shen Hua cantando en la rama de un árbol, admirando las estrellas. Ryo se quedó embobado deleitándose con la naturalidad y belleza de la melodía. Cuando finalizó, la chica le explicó que esa era una antigua canción que aprendió en su pueblo. Podemos decir que es prácticamente la 'banda sonora de Shenmue'.
A la mañana siguiente, ambos se pusieron en camino de nuevo. Comenzaron a andar, charlando durante el camino. Al cabo de un rato entraron en un bosque. Ryo siguió a Shen Hua durante el camino hasta que llegaron a un final sin salida. Decidieron pues, dar la vuelta y tirar por el otro sendero. En las siguientes bifurcaciones giraron a la izquierda, luego a la derecha y luego a la izquierda. Se encontraron con un río que les dificultaba el paso. A modo de QTE, Ryo debe saltar sobre unas rocas para cruzar. Luego, de nuevo en otro río. Al llegar a unas señales, Shen Hua reconoció el sendero y volvió a ir delante.
Durante el resto del camino, se encontraron con multitud de cosas interesantes, un claro de flores amarillas, un árbol en forma de araña gigante, el río de los Cinco Colores...
Finalmente, volvieron a encontrarse con un final muerto. Apenada, Shen Hua decidió dejar a Ryo que guiara el camino. Y así fue, a la siguiente bifurcación eligió la derecha. Siguió hacia delante, y luego a la izquierda, derecha, derecha y de nuevo a la derecha. Durante el trayecto, Shen Hua encontró unas flores medicinales especiales para curar unas enfermedades de su padre.
Tras conversar un rato en el salón de casa, Shen Hua decidió preparar algo de cenar. Mientras Ryo podía curiosear un poco por la casa. Pero sin romper nada. Observó los objetos que se encontraban adornando, como los jarrones, platos y tapices.
Al cabo de un rato, ambos fueron a la cocina para cenar un poco de... conejo. Tras una suculenta cena, Ryo dio una vuelta por la casa. En el dormitorio, la habitación contigua a la cocina, encontró encima del escritorio algo realmente interesante. Un diagrama con los espejos Dragón y Fénix. ¿Porqué los tendría el padre de Shen Hua? ¿Qué sabe él que Ryo desconozca? Demasiadas preguntas para tan poco tiempo. Mejor descansar un poco.