Decimos ‘hispanoguineano’ o ‘hispanovenezolana’, siempre con el hispano por delante y nunca por detrás.
La expresión tratamiento conservador se usa por influencia del inglés “conservative”, pero debería decirse “tratamiento prudente”.
Se trata de una vieja fórmula que tiene su historia. Cuando llegó el profesionalismo, algunos lo consideraban sospechoso.
En este caso un mismo verbo sirve para reflejar dos acciones muy distintas. Se puede botar una falta y también un barco.
Los calificativos contra los jugadores individualistas se relacionan con la glotonería. En el español rioplatense dicen “morfón”
Tradicionalmente se ha distinguido entre las selecciones para partidos benéficos y el equipo oficial. Lo ideal sería escribir “la Selección”, con mayúscula.
La expresión “hat-trick” se usó por vez primera en el críquet. En el español escrito se documenta en el año 1957.
Los narradores traducen “empuja, empuja”, pero el piloto no se baja del coche y lo desplaza con sus manos.
Unas zonas de España tienden al “laísmo” pero otras lo rechazan. Estos usos “incorrectos” no se deben censurar si se dan en el lenguaje coloquial o familiar.
Los periodistas y la gente dudan si decir que Kiev es la capital “ucrania” o “ucraniana”. La forma más antigua es “ucranio”, y aparece por vez primera en un diccionario de 1855.
El Diccionario dice que “cepa” es la parte que está debajo del suelo. Los postes de la portería ya no son de madera, sino de aluminio
Al decir “Final a Cuatro” se incurre en una contradicción en los términos. Esa expresión sería correcta si jugaran cuatro equipos con dos canastas.
Este anglicismo se aplica al entrenamiento del día de la carrera y también a la vuelta previa a la salida.
El nombre de la ciudad en alemán es München, que se pronuncia “Munjien”. La opción que usan casi todos los periodistas españoles no corresponde a ningún idioma.
La locución “saque de esquina” no es muy acertada, porque el balón se pone dentro del campo. El léxico del fútbol estaba lleno de anglicismos a principios del siglo XX.
El término italiano “giro” está detrás del inadecuado uso en las carreras de motor. La rueda de la moto sí que gira, porque lo hace en torno a un eje.
La historia de la palabra pasa por un artículo de Ángel Cappa y las críticas de Clemente. En español no debería escribirse este vocablo con la letra ‘k’.
Nada en las definiciones del Diccionario asocia ese término con la violencia. España, Italia o Argentina han tenido partidopolíticos “radicales”.
El léxico del fútbol ha dado un nuevo sentido a la palabra. La expresión se refiere al portero; el resto de los jugadores sufren un caño o un túnel.
La Academia aceptó el vocablo cuando los narradores ya estaban descartándolo. Sólo se usa en relación con el deporte, no con la vida en general.
La traducción literal es “gerente de exploración”, pero decir eso sería petulante. No se trata de exploradores con machete y casco blanco, sino de ojeadores.
La reiterada frase de Mourinho ha arraigado en el lenguaje del fútbol. Ese término inglés tiene muchas traducciones posibles al español.
La Academia habla de “abundancia de goles”, pero sin precisar una cifra. ¿Por cuánta diferencia hay que ganar para que una goleada lo siga siendo?
La Academia habla de “abundancia de goles”, pero sin precisar una cifra. ¿Por cuánta diferencia hay que ganar para que una goleada lo siga siendo?
Este equipo está gafado en la pronunciación de locutores y comentaristas. No tiene sentido decir una parte de la sigla en español y la otra en francés
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