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¿Por qué dicen “Miunic”?

Un año más, un equipo español se cruza con el Bayern Múnich, y a locutores y comentaristas les da por acudir a una singular pronunciación del nombre de esa ciudad: dicen cada dos por tres “Miúnic”, que no corresponde a ningún idioma conocido (al menos de los conocidos por el arriba firmante).

El nombre de la localidad germana se escribe “München” y se pronuncia algo así como “Munshien”. Y en alemán el nombre completo del club se dice “Baian Munshien”, más o menos.

En inglés adoptaron la grafía “Munich”, que vienen a pronunciar “Miúnec”. Y en francés se escribe igual: “Munich”, para pronunciarse “Minich”.

Entonces, ¿de dónde sale ese “Bayer Miúnic”? Ni idea. Porque si quisiera ser inglés como se suele pretender, debería decirse “Bavaria Miúnec”.

En español, el Bayern Múnich se llamaba en los años cincuenta “Baviera Múnich”, pues “Bayern” es el nombre en alemán de Baviera, Estado al que también pertenecen Núremberg o Augsburgo y que tiene su capital precisamente en Múnich.

Y ese Estado ha contado siempre con traducción al español (“Baviera”), así como gentilicio en castellano (“bávaro”). Pero la traducción de este topónimo se fue perdiendo para las referencias al equipo de fútbol, y ahora parece que además se extravía la correcta pronunciación en español de la ciudad alemana que da nombre al club: “Múnich”, con terminación en “ch” (y no en “c”), lo mismo que sucede con Zúrich.

El gentilicio de Múnich es, además, “muniqués” (igual que de Zúrich sale zuriqués); y cabe esperar que a esos periodistas que pronuncian “Miúnic” no les venga la consecuente inspiración divina de decir “miuniqués”.

El destrozo en el lenguaje periodístico llega a veces a tales extremos, que quien se expresa correctamente parece un pedante. Pero tanto sentido tendría decir con palabras españolas “Baviera Múnich” (o mejor aún “el Múnich de Baviera”) como se lo vemos desde antiguo al nombre “Estrella Roja”, traducción literal de la denominación en serbocroata de ese club de Belgrado. Porque a ver quién es el guapo que dice “Crvena Zvezda” en la lengua original.

Ahora bien, quienes no se atreven con “Crvena Zvezda” (porque tal vez se trastabillarían y les daría vergüenza) no le hacen ascos a la extravagante pronunciación “Bayer Miúnic”. Con ella forman un híbrido que no es ni español, ni inglés, ni francés ni alemán, sino simplemente el idioma propio que poco a poco van inventando algunos periodistas españoles. No le han puesto nombre aún, pero podría llamarse el periodistiñol.