El chupón
Todos los futboleros españoles hemos usado alguna vez la palabra “chupón”. Sin embargo, a mi padre le oía decir más veces “tragón”, cuando íbamos juntos a El Plantío burgalés. Esos adjetivos se usaban mucho entre los aficionados de la grada y entre los futuros futbolistas que nos rompíamos los pantalones en el cemento del patio colegial y en el asfalto de las calles poco transitadas.
En efecto, llamamos “chupón” en el español general al que se excede en la acción de chupar y deja poca sustancia para los que aspiran a compartir el alimento. Lo mismo sucede con “tragón”, que se atribuye a quien acapara la comida con desprecio para quienes sienten tanta hambre como él. Ambos adjetivos señalan al jugador que quiere hacerlo todo solo, que se regatea incluso a sí mismo y que además suele perder el balón. “Siempre le sobra el último regate”, decimos. Para mí, Gica Hagi era un chupón de tomo y lomo.
El Diccionario define “chupón” así en su tercera acepción: “Dicho de un jugador de equipo: que abusa del juego individual con el balón”. En cambio, en “tragón” solamente señala: “Que traga o come mucho”, por lo que en este caso hay que acudir a su sentido figurado.
Pero se trata de términos coloquiales, que resultan muy útiles entre amigos o en la grada y que no encajarían en una crónica elegante o en un lenguaje esmerado. Y como suele ocurrir con el léxico coloquial, en cada lugar se emplean términos diferentes para decir lo mismo.
Por ejemplo, en el español rioplatense tanto “chupón” como “tragón” tienen su equivalente en “morfón”.
“Morfón” tampoco aparece en el Diccionario general de la lengua española, pero sí en el Diccionario de Americanismos elaborado por las academias del Nuevo Continente. Ahí se dice que “morfón” es usado en Argentina y Uruguay “referido a una persona, especialmente a un jugador de fútbol, individualista, que acapara para sí el protagonismo de una acción sin contar con los demás”. Y lleva también la marca de “popular” (es decir, tampoco se considera parte de la lengua culta).
Pero ¿de dónde viene eso de “morfón”? Pues de “morfar”, que sí figura en el Diccionario general como equivalente de “tragar” y “comer”..., con un uso que también procede de Uruguay y Argentina.
Así pues, asociamos al individualista con el que se infla a comer y no deja nada a los demás. Eso no le provocará al futbolista sobrepeso, pero sí hará que a todos nos parezca un pesado.