Y parece que Messi desea la vuelta del brasileño. Griezmann no basta para tapar el agujero moral que hizo el Liverpool.
Godot era un ciclista francés que acostumbró al fracaso a sus paisanos de un pueblo por donde pasaba el Tour. Era siempre el último del pelotón, y los seguidores que se apasionaron con su figura .
Desde aquella noche nefasta de Anfield al Barça de Jordi se le nublaron las luces y parecía que ni Messi recuperaría la sonrisa.
En el Barça: vidas paralelas. El club de hombres cae en Liverpool y el de mujeres cae, en la competición mayor del fútbol femenino en Budapest.
El fútbol era patrimonio de los chicos, en el recreo y en el campito. Las chicas ni miraban, iban a sus cosas, algunas trabajaban antes de tiempo, ...
Los aficionados al fútbol y al Barça (y a la radio) tuvimos el consuelo de escuchar los partidos radiados como antiguamente en Carrusel.
A los héroes del Barça se les ha roto el carisma de golpe. A golpe, además, de desgana. No se asustó solo la afición azulgrana. Hasta Klopp se sorprendió.
Un equipo sin alma, conducido por nadie, alentado por la duda y sin otros efectivos que los que se le suponen, ha roto la alegría circunstancial de sus aficionados.
Hacía mucho tiempo (en fútbol, mucho tiempo es unos días) que no se hablaba tanto de un gol como de este que Messi marcó de falta lejana al Liverpool.
Merecida derrota. El Barça inexistente acudió a Balaídos a entretener sus defectos: desatención, mala educación, despiste.
Messi es increíble. La suya es una voluntad superlativa. Es una caña de pescar a ciegas. Es un vendaval que se acelera a sí mismo. Es un jugador que reinventa el fútbol y es solidario.
La gent blaugrana son nombres que se recuerdan al celebrar una gesta. Y la del Barça es para mí una historia de nombres propios.
Una idea no es una horma. Una idea es una vía, un conducto, una manera de ser. Por la idea del Barça de Cruyff, el autor del modelo, han pasado los más diversos estudiosos de la ética.
LaLiga y las distintas competiciones que la acompañan revelan constelaciones que, como ocurre en el caso de Aleñá, se acercan al primer plano.
Una Liga que acaba, una ilusión que se mella, una victoria que explica el sacrificio de los días, el bochorno de las derrotas, las recuperaciones del ánimo y del juego.
A veces el fútbol le sirve a los hombres, futbolistas incluidos, para reivindicarse sobre el brillo de las cenizas de pasadas decepciones
La vida de Caparrós, el entrenador del Sevilla, es preciosa e inviolable, un tesoro personal que el ciudadano comparte con los suyos.
No hay un partido gemelo, y este menos que ninguno
El Barça compró un pasaporte poderoso. El Manchester se quedó a cero. El gol azulgrana lo marcó Fuenteovejuna...
Cuando acaba una Liga siempre pierde otro, u otros. Esta vez ha perdido el Atlético, un equipo al que ha asistido siempre la fuerza, pero que en el último decenio también ha utilizado la fantasía además de la pasión.
El Barça ganará LaLiga
El 0-2 con el que el Barcelona tocó clarines de retirada fue un truco que el destino puso en manos de la desgracia barcelonista
No es fútbol de un equipo. Es fútbol de una persona. Messi es el genio inesperado. La atención que se le presta es la que se le prestó a genios antiguos del mismo deporte, como Di Stéfano o Kubala.
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