@cosmejuan

El fútbol no son matemáticas, dice don Luis Suárez en Carrusel

Actualizado a 6 de mayo de 2019 02:32 CEST

El gol de Messi

Hacía mucho tiempo (en fútbol, mucho tiempo es unos días) que no se hablaba tanto de un gol como de este que Messi marcó de falta lejana al Liverpool. Fue un gol épico, precedido de una jugada confusa y de un partido que el Barça iba ganando por goles pero que había perdido a los puntos. Si hubiera sido boxeo, hacía tiempo que habría tirado la toalla. Pero llegó de nuevo el extraterrestre que nació para vivir en las estrellas y ensayó un disparo que tiene en la memoria para hacer, otra vez, historia del fútbol. Ese gol podría estudiarse en clases de poesía, porque tiene la perfección milagrosa de un soneto.

¿El mejor?

Por eso en Carrusel, que es una revista que tiene de todo, poesía también, discutieron nada más empezar sobre las dimensiones de ese gol. Convocaron a los oyentes a buscar, entre los goles de Messi, posibles parangones, y especialistas en la materia más aérea del fútbol contemporáneo, el juego del argentino, fueron convocados a la más liviana pero fértil de las comparaciones: ¿es el mejor? ¿Ha habido otros mejores? A don Luis Suárez, que es un tesoro en esos arcanos del Carrusel, le pidió Dani Garrido que hiciera la más arriesgada de las similitudes: ¿es mejor que Di Stéfano?

La respuesta

Y don Luis sacó la enciclopedia gallega para dar una respuesta a semejante disyuntiva. El director de As había dicho, entre otras cosas, sobre aquel gol y sobre su muy celebrado autor, que Messi había hecho de todo en el partido ante el Liverpool, incluso había Diestefanado, porque en efecto estuvo arriba haciendo arte y ensayo y abajo poniendo en orden los materiales pesados. Así que le preguntaron al genuino Suárez si Messi ya era mejor que aquel don Alfredo al que don Luis trataba de tú en los campos. Fue ahí donde el gallego dijo su frase: “El fútbol no son matemáticas”. Y se acabó. Di Stéfano es incomparable.

Comparar, imposible

Y no sólo es incomparable Di Stéfano, como lo es don Luis o como lo fue Gento. Cada uno en su sitio y Dios en el de todos. Y Dios, en el fútbol, es un conjunto disímil, heterogéneo, feliz, de genios así que han hecho de la historia contemporánea (1960-2019) del fútbol una gozada para recordar y para vivir. Tenemos la suerte de ser de la era de Messi, pero somos también, los que tenemos tantos años como Relaño, por ejemplo, espectadores afortunados que hemos pasado por todas las glaciaciones que convirtieron el fútbol en un compendio del arte de jugar con la pelota, desde que ésta era de trapo.

Iker, Xavi, As…

As, este periódico, es contemporáneo de todas esas hazañas. En las últimas décadas ha sido el feliz estandarte, en sus portadas, de los éxitos de dos jugadores de excepción que hicieron del fútbol español (y de la Selección) ejemplo para jóvenes que vendrían después. El susto que le dio el corazón a Iker, el anuncio de la retirada de Xavi, son dos hechos mayores de las últimas noticias de esa generación de oro de la que As sigue haciendo crónica. Cambiarán cosas en el fútbol, pero esos dos nombres propios son invariables, más que matemáticas, inolvidable poesía del deporte.

Alfredo, Vicente

La semana en que esos dos acontecimientos, uno de susto y otro de melancolía, han sido portada, As daba otra noticia, la del inminente relevo en su cabecera: Alfredo Relaño se va a escribir lejos de la Redacción, viene a dirigir As Vicente Jiménez, otra pura pasión del deporte. Uno nació con Di Stéfano, el otro se hizo mayor viendo a esa generación que representan Xavi e Iker, símbolos de la amistad en el fútbol, ciencia que estudiaron en tiempos oscuros. Trabajé con Alfredo en El País y aquí y Vicente me soportó en El País. De los dos aprendí una ciencia rara, la pasión por el fútbol bien dicho. As tendrá otro as en la cabecera.