El acontecimiento es Carrusel

Final de LaLiga en el Camp Nou. El desconcierto del Barça acompaña al equipo al centro del campo. El campeonato fue duro, y el trance de decirle adiós no ha tenido épica ni alegría. Se afeitó Messi. Sin barba parece lanzar un mensaje: seamos otros. Celebra el gol sin aspaviento. Escribió el poeta Victoriano Crémer: "Dios, qué vida, da rabia beber sin alegría". Hubo sólo una risa, la del otro goleador, Arturo Vidal. La tristeza durará hasta el comienzo de la ilusión que se fabriquen en la temporada próxima. Los aficionados al fútbol y al Barça (y a la radio) tuvimos el consuelo de escuchar los partidos radiados como antiguamente en Carrusel. Flaquer y sus compañeros desde todos los campos compitiendo por contar las horas decisivas. Ese es el acontecimiento.

En cuanto al fútbol… Un campeonato de tanto esfuerzo roto por el desastre de Liverpool. Durará esa herida que ayer ensombreció el ánimo del Camp Nou y afeitó la barba de Lionel Messi.