The Evil Within
The Evil Within, guía completa - Consejos para dejar atrás la angustia
Enfréntate a la nueva pesadilla de Mikami y derrota a la maldad de tu interior con nuestra ayuda, consiguiendo por el camino todos los trofeos y coleccionables.
Ojo al ojo. En la parte superior de la pantalla aparecerá un ojo cuando el enemigo te esté buscando y aun no te haya encontrado. Aprovecha estos momentos para avanzar sigilosamente y matar a las criaturas por la espalda.
El control es un poco tosco, pero te acostumbrarás. Seguro que te acuerdas de la trilogía de Splinter Cell en PS2. Pues el control de Castellanos es igual. Es necesario el símil, porque la saga tenía un control realmente único en sigilo: si te agachas y quieres retroceder, lo harás pero “de cara”, es decir, dando pasos hacia atrás, no rotando el cuerpo y cambiando el campo de visión. Este pequeño detalle os puede llevar de cabeza en los primeros capítulos.
Explora, explora y explora. Cada esquina es necesaria, cada mesa, cada recoveco. Ciertos elementos para poder avanzar se encuentran realmente mimetizados en el entorno, y necesitarás acercarte a ellos para verlos.
Pese a contar con unos movimientos de sigilo algo limitados y “raros” en pleno 2014, deberías acostumbrarte a ello porque, a pesar de todo, el enfrentamiento directo en los primeros compases de la aventura NO son una buena idea.
Los enemigos son terriblemente rápidos. Eso, unido a que la munición es realmente escasa, te obliga a aunar buena puntería con unos grandes reflejos.
La salud no es regenerativa, así que evita que la agilidad de tus adversarios te arrebate demasiada salud – que lo hará –.
Busca jeringuillas por todos los escenarios como un poseso. Sin ellas, estás perdido.
The Evil Within es un juego en el que tener un buen sentido de la orientación es vital. No existe minimapa ni nada parecido, por lo que estás tú y tu (de)mente para ir por el camino correcto…
Siempre que veas un farolillo, cógelo. Algo de luz es siempre bienvenida.
Las cerillas son objetos enormemente versátiles: iluminan estancias oscuras, prenden fuego cualquier charco de líquido inflamable… incluso pueden crear flechas incendiarias. Hazte con cuantas puedas, pero ten en cuenta que escasean casi tanto como las balas. Por cierto: una cerilla, un enemigo menos. Quédate con la cantinela.
Rompe siempre las cajas de madera para encontrar (escasos) pertrechos. Las balas para el revólver se pueden contar con los dedos de una mano, así que úsalas bien.
Las habilidades que puedes mejorar se dividen en físicas, de reserva y de armas. Trata de mejorarlas de manera equitativa, de modo que hagas de Castellanos un detective equilibrado y sin carencias. Por ejemplo, de nada te servirá mejorar por completo un arma pesada si no mejoras antes su capacidad de carga física…
Te conviene hacerte con las llaves que portan las ratas en una estatua de mármol. Con ellas, podrás abrir las diferentes compuertas del depósito y coger los suculentos pertrechos que ocultan, como cartuchos de escopeta o packs de jeringuillas.