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DmC (Devil May Cry)

DmC (Devil May Cry)

DmC - Devil May Cry, guía completa - 6. El ingrediente secreto

¿Los demonios de Limbo City te quitan el sueño? Consulta nuestra guía y acaba con ellos definitivamente.

Hemos llegado al interior de la fábrica de Virility, pero aún queda un largo trecho hasta el Succubus. Cuando tomes el control, corre a toda velocidad e ignora a los demonios. Utiliza el impulso combinado con el doble salto para sortear las plataformas y la elevación angelical en el último tramo.

Tras salir del agujero te encontrarás en una sal amplia con el succubus al fondo. Antes de adentrarte, puedes visitar la estatua divina que hay junto la roca de la derecha y recoger el alma perdida que hay a tu espalda. También encontrarás una puerta secreta justo a la izquierda dela gruta.

Succubus
El Succubus es un demonio con forma de larva que te espera al fondo de la sala. Intentará acabar contigo con su vómito corrosivo, cuando lo haga huye de la zona utilizando la elevación angelical rodeando el campo de batalla. Si cuentas con la habilidad de la Osiris: Doblado, nv. 2, podrás quedarte frente a él sin tocar el suelo.

El punto débil de Succubus es la cabeza, aunque también puedes hacerle daño golpeándole las garras (especialmente con Arbiter). Presta atención cuando levante una zarpa y esquiva el golpe. Sigue golpeando hasta acabar con su vida. En ese momento se queda colgando y podrás ver dos cables. Si no puedes alcanzarlo, rodea la zona por las plataformas y lanza el tirón demoníaco cuando tengas el cable cerca (se tiene que marcar en rojo).

Cuando lo hagas, recuerda escapar rápido de la zona utilizando la elevación angelical. La segunda parte del combate es similar, aunque ahora también tratará de aplastarte con las dos zarpas. Sólo presta atención a sus movimientos y esquiva para evitar el golpe. Sigue atacando hasta que se quede colgando y vuelve a rodear para arrancar el segundo cable.

Repite la operación una tercera vez y esta vez agarra la cabeza con el tirón demoníaco. Ya casi lo tienes, sólo queda rematarlo. Evita sus golpes utilizando la elevación angelical, y después agárralo de la cola con el tirón. Agárralo una segunda vez de la cabeza, vuelve a esquivar hasta que se quede agarrado… y golpea sus dedos para acabar con él definitivamente.