Al final del callejón escuché como un tipo amenazaba a una mujer. Además, le decía que si veía al extranjero (¿yo o el del gobierno?) avisase inmediatamente a la Orden de Dagon...
Cuando el sujeto se marchó no dudé en hablar con la asustada mujer, pero no logré sacarle ni una palabra. Seguí por el callejón hasta la puerta de la 'PoorHouse' y entré. Subí las escaleras del albergue que, por cierto, estaba más que descuidado. ¿Quién en su sano juicio iría allí a hospedarse? La calle parecía incluso mejor sitio para dormir. Dejé atrás al hombre que miraba por la ventana y entré al dormitorio, donde me hice con otro botiquín. Salí por la puerta de la derecha subiendo otras escaleras y encontrándome con el cuerpo sin vida de una anciana rodeada de cucarachas. Debería llamar a servicios sociales en cuanto saliese de allí. Por el pasillo abrí la primera puerta a la derecha para llegar a una terraza. Menudo vértigo sentí entonces. Usé las escalerillas de incendio para llegar a la calle, donde otra hospitalaria ciudadana me lanzó su apestoso aliento. Siguiendo la calle encontré la casa que buscaba, la segunda puerta a la derecha. Subí las escaleras y me recibió la pequeña Ramona Waite. Su padre Thomas no estaba aún en casa y su madre
¿mordía? Decidí esperar a Thomas en la casa, pero la curiosidad por conocer a esa madre fue superior a mi paciencia. Subí por las escaleras hasta el primer piso donde encontré una foto familiar en la que faltaba la parte donde debía estar la mujer. Quité el pestillo de la tercera puerta. Llegué al ático y me acerqué a la puerta con el candado. ¡¡Dios mio!! ¿Qué había sido eso? Desde luego no era nada humano y estuvo muy cerca de acabar conmigo
Herido y sangrando, me desmayé
.
En cuanto desperté escuché los lamentos que provenían del piso inferior. Entré a la celda de la que había salido aquel bicharraco y recogí el diario de Thomas Waite. Fui corriendo y encontré a Thomas con el cuerpo sin vida de su hija. Aquella cosa la había destrozado, y lo peor fue la llegada de los dos policías que arrestaron al pobre hombre. Antes de ser detenido Thomas me entregó las llaves de su tienda y me reveló que debía sacar del pueblo el objeto que él guardaba en la caja fuerte del negocio. La Orden no debía hacerse con él. La Orden
se repetía el nombre del culto único en el pueblo. Tras quedarme solo en la casa recogí el cuaderno de dibujos de Ramona y salí a la calle. Caminé recto bajando las escaleras y me encontré con la asustada Rebecca. No había salvación para el señor Waite
la Orden le mataría. La relación Orden-Policia había quedado confirmada en mi cerebro. Fuese quienes fuesen, eran los de la Orden quienes controlaban todo el pueblo, y habían sido ellos los responsables de la desaparición de Burnham. Cuando Rebecca se fue me curé la herida de la cabeza con el botiquín y seguí recto hasta el final del callejón.
Lo que me recogí para conseguir la mejor reputación fueron los siguientes objetos: