Innsmouth Uno. Primera parte. Mi llegada.
Cuando los agentes entraron en la casa hace seis años, me encontraron tirado en el suelo, temblando, hablando sin sentido y aterrorizado. Los médicos diagnosticaron amnesia por estrés mental post-traumático. Ahora he rehecho, con mucha dificultad, mi vida. He vuelto a la vida normal, aunque sigo sufriendo extrañas pesadillas.
Cuando sonó el teléfono y aquel tipo, Arthur Anderson, me contrató para un nuevo caso, algo me dijo que la tranquilidad había desaparecido. Un tal Brian Burnham había desaparecido en un pueblecito costero llamado Innsmouth. Anderson quería saber qué había sido de él. Incluso me había enviado un paquete, que tiré directamente a la basura, con un par de cosas sobre el caso. Lo recogí y acepté. ¿Por qué no?
El pueblecito costero de Innsmouth era el último lugar del mundo al que iría de vacaciones. Según me acercaba en el autobús de mala muerte que había tenido que coger, me extrañó la ausencia de gente por sus calles, teniendo en cuenta que supuestamente, en un pueblo costero dedicado a la pesca, su puerto sería un ajetreo de negocios. ¿O no? El autobús me dejó en la plaza principal, frente al único hotel del pueblo, y pude comprobar el concepto de 'hospitalidad' que tenían allí, tras hablar con el primer ciudadano que me encontré. Curiosa la estatua decapitada y el enorme edificio al otro lado, de una tal 'Orden Esotérica de Dagon'.
Mirando la puerta del hotel junto al vehículo que me había traído, giré a la derecha dejando el autobús a mis espaldas y me acerqué a la barricada de la policía en la 'Primera Tienda Nacional de Ultramarinos', donde trabajaba Burnham. Aquel policía enorme, con aquella pinta tan inhumana, me impidió el paso. Esperé a que se diese la vuelta para entrar por la puerta y le seguí despacio hasta ver unos barriles a mi izquierda. Me oculté tras ellos y esperé agachado a que volviese a pasar en dirección contraria, para salir y avanzar rápidamente hacia la izquierda. Giré a la derecha, subiendo unas escaleras, y entré por la puerta. Sin perder tiempo empujé la estantería vacía para atrancar la puerta y sentirme más seguro. Ya estaba dentro. Salí de aquel cuartucho por la única puerta, accediendo a la tienda en sí. Cogí el paquete de morfina y entré por la puerta forzada al despacho del gerente. Cogí de la caja fuera la botella de vino y la manivela y salí rápidamente. El policía debía haberme descubierto e intentaba derribar la puerta atrancada. No tenía tiempo que perder. No quería acabar mi primera visita, y espero que la última, a ese pueblo en una de sus celdas. Saliendo del despacho dejé a mi derecha la caja registradora vacía y me metí por el segundo mostrador, donde estaba la morfina. A la derecha del mostrador había una trampilla que abrí usando la recién adquirida manivela. Con el pulso acelerado por la cercanía del policía entré y me caí por la podrida escalera. ¡¡Ouch!! Ese agente cerró la trampilla dejándome atrapado en la bodega
Sobre unos barriles encontré algo que me alegró el penoso día. Era el diario del propio Burhnam, una pista esencial. Con él en mi poder me fijé en la escalera móvil y en el muro a su izquierda. Empujé la escalera hasta que derribó el decrépito muro abriendo una salida. Salté por la brecha y llegué a ¿una celda? ¿O qué era eso? Los restos humanos del suelo fueron la mejor invitación a salir de allí sin pararme a pensar en nada. Subí las escaleras y llegué a un cuarto oscuro de revelado, lleno de fotografías de la ciudad. Me fijé en unas maderas a mi izquierda y, bajo ellas, encontré un ejemplar del periódico Innsmouth Courier, fechado el 19 de Junio de 1986
¿Qué sucedió ese día como para que alguien escondiese un ejemplar en un cuarto oscuro? Salí de allí subiendo más escaleras hasta una nueva habitación que olía a rancio. Entré por la primera puerta de la derecha y
¡¡¡Santo cielo!!! .. casi me da un infarto. Ya sabía de dónde provenía ese olor
¿Cuánto tiempo llevaría colgada del cuello esa mujer? Salí de allí con la vista nublada y abrí el pestillo de la otra puerta. Por fin llegué a la calle y me encontré con la primera cara amistosa. Estaba claro que el atuendo de aquel hombre no tenía nada que ver con el tipo de ropa usada por los ciudadanos del pueblo. El tal Lucas Mackey me regaló un periódico del día y me dio cierta información. Resultó ser un inspector industrial del gobierno que iba a revisar la refinería de oro Marsh. Me despedí agradecido por el trato cívico y giré a la derecha. Seguí la calle hasta girar a la izquierda y luego otra vez a la derecha. Caminé hasta una nueva bifurcación a mi izquierda y la seguí hasta ver a la izquierda un callejón con una barricada al final. Entré hasta el final del todo y llegué frente al bar El Jardín, donde un borracho estaba orinando en la calle. Se presento como un tal Zadok y en seguida supe que podría tener información valiosa para mi investigación. Regalándole la botella de vino el hombre me contó una escalofriante historia sobre un tal capitán Obed Marsh, que trajo 'algo' de un viaje marítimo y reactivó la maltrecha economía del pueblo de la mano de un desconocido culto religioso que también convirtió la ciudad en el agujero negro que era hoy en día
quizá no era la información que creía que iba a ayudarme, pero conseguí una llave para la 'Poorhouse', cerca del hotel. Al intentar salir del callejón por donde había venido tuve una nueva sorpresa. Una señorita que se presento como Rebecca Lawrence me llevó a un rincón para hablarme de una chica llamada Ruth que podría ayudarme a encontrar al desaparecido. También me habló de investigaciones místicas de su padre, el antiguo sacerdote del pueblo, y me enseño una pintada en forma de estrella de cinco puntas. El caso se iba complicando con historias que parecían que poco, o nada, tenían que ver conmigo. Me dijo que un tal Thomas Waite podría ayudarme, y se despidió. Después regresé al hotel donde me había dejado el autobús, giré a la izquierda hasta una puerta con el rótulo 'Poorhouse' y entré con la llave de Zadok.
Lo que me recogí en mis primeros momentos en Innsmouth casa para conseguir la mejor reputación fueron los siguientes objetos: