Call of Cthulhu: Dark Corners of Earth
Call of Cthulhu: Dark Corners of Earth - 6 Septiembre 1915. Massachussets
Descubre el misterio que se esconde en Innsmouth.
Mi nombre es Jack P. Walters, y esta es la historia que me llevó a una locura más allá de cualquier conocimiento humano. Una locura visceral que me consumió hasta que ya no me quedaron energías para seguir intentado racionalizarla una locura derivada de mis viajes y descubrimientos por las esquinas más oscuras de la Tierra .
6 Septiembre 1915.Massachussets.
Os preguntaréis cómo una persona como yo, un detective acostumbrado a todo tipo de casos en una sociedad llena de violencia, pudo acabar de este modo. Todo empezó una noche de 1915, con la llamada del inspector Robert Armstrong. Un grupo de tarados armados se había atrincherado en su casa y se negaban a salir. Llevaban tiempo asustando a los habitantes del lugar con sus conductas y extraños ritos. Según el inspector, el líder de la secta, Victor Holt, quería hablar conmigo y se negaba a negociar con cualquier otra persona. ¿Quién demonios era ese tipo y qué quería de mí? Yo jamás había oído hablar de él.
Seguí al inspector hasta las escaleras, subí y hablé con el agente Nichols, mi viejo amigo Henry, que me indicó que entrase a la casa por la derecha, donde me esperaba el agente Victor. Pero en cuanto fui hacia allí ¡Mierda! Comenzó un salvaje tiroteo que me estresó de tal manera que casi no podía ni andar y me nubló la vista. Por una puerta en la parte derecha de la casa accedí a su interior. Tenía que darme prisa en actuar porque los agentes del exterior iban cayendo heridos con una rapidez pasmosa. Aquella casa era de todo menos acogedora, y su atmósfera invitada a salir por donde había venido. Entré por la primera puerta a la derecha a una especie de comedor con un atrio. Allí arriba, en el podio, localicé un curioso escrito y fue la primera vez que oía hablar de esos 'Maestros Yithianos' y de los fragmentos de 'Pnakotica'. Ojala no hubiese entrado nunca en aquella maldita casa
Los disparos y gritos se sucedían a través de las paredes de madera y en cualquier momento podría salir uno de esos chiflados armados y volarme la cabeza. Salí del comedor y atravesé la puerta al final del pasillo para llegar a una especie de hall. Subí por las escaleras al primer piso y giré a la izquierda.La primera y única puerta a la derecha me llevó a descubrir un espectáculo dantesco dios santo, ¿cuánta gente se habría suicidado allí dentro? Quería salir cuanto antes de aquella estancia que olía a muerte. En la segunda mesa de aquel dormitorio localicé algo que quizá fuese útil: el diario de uno de los ocultistas. Curiosamente hacía referencia a que 'Él por fin ha llegado', y la fecha era la de hoy. Salí de nuevo al pasillo y entré a la segunda puerta del lado izquierdo. ¡¡Joder!! Ese disparo estuvo cerca ¿y por qué esos chalados me reconocían? Recogí las llaves de la silla al lado de la ventan y regresé al hall del piso inferior. Allí mismo había dos puertasy pude abrir una con las llaves. No sé por qué no salí de allí corriendo ahora que podía. Sentí un ataque de ansiedad al descubrir fotografías y artículos sobre mí por todas partes, pegados en las paredes, en las mesas, en dos pizarras, . ¡¡¡Esa gente llevaba años siguiéndome e investigándome!!! Cogí otras llaves de encima del escritorio y, al mismo tiempo, me hice con un ejemplar del Boston Globe que hablaba precisamente de esa secta.
Lo que me llevé de aquella casa para conseguir la mejor reputación fueron los siguientes objetos: