Sin Rossi, pero con Márquez

Ya está en marcha el Mundial de motociclismo, que este domingo coronará en Losail a sus primeros ganadores de la temporada. Se trata del primer Campeonato sin Valentino Rossi en la parrilla desde 1995. Su icónica ausencia no tendrá ningún efecto en la competición, porque hace bastante tiempo que Rossi sólo era un mito rodante, un piloto histórico que se resistía a descabalgarse, pero que realmente no luchaba por el título desde 2015 y que no lo conquistaba desde 2009. El impacto de su adiós está mucho más relacionado con su carismática imagen, porque no se ha retirado sólo un campeonísimo, sino el campeonísimo que cambió la proyección de MotoGP a un mercado global. Valentino ha sido algo así como el Michael Jordan de las motos, un deportista cuya magia trascendía por encima de su rendimiento en los circuitos. Rossi se va, igual que con anterioridad se fueron Agostini, Rainey, Doohan y tantos otros. Pero siempre quedará su legado, eso sí. La certeza de que el Mundial de MotoGP es mucho mejor ahora que cuando el genio italiano lo comenzó.

No estará Rossi, pero sí Marc Márquez, que regresa sin los males que le dejaron en blanco en 2020 y le limitaron en 2021: sin dolores en el brazo, sin visión doble, y con una Honda mejorada. Todas las conjeturas giran en torno a si Marc estará en condiciones de sumar su séptima corona en la categoría reina para empatar con su detestado Valentino. En ese lapso ha habido dos campeones. Hace dos años, Joan Mir, que esta vez dispone de una Suzuki a la altura del reto. Y el pasado, Fabio Quartararo, que ha ganado en regularidad y autogestión. Junto a ellos suenan las veloces Ducati, que no han arrancado bien en Qatar, pero en el último curso dejaron grandes sensaciones, en especial Pecco Bagnaia. Hay alicientes para disfrutar del Mundial más largo de la historia. Sin Rossi, pero con Márquez.

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