El club coruñés es un constante tsunami en los últimos años, o más bien década, que arrasa con todo. Y claro, nadie disfruta viendo como una enorme ola destruye tu casa día sí y día, también. De estar en Primera hace dos años y medio, a no tener segura la permanencia en Segunda B...
El carácter autodestructivo del Depor, esa frase pronunciada por Víctor Fernández que tanto molesta a algunos, sigue muy vigente. Antes el entorno, cada uno que le ponga apellidos, devoraba técnicos y presidentes. Ahora, una vez las aguas están tranquilas, las bombas se ponen desde dentro.
Rubén de la Barrera lanzó un mensaje claro, centrado y ambicioso. Comenzando por reconocer que el único objetivo posible es el ascenso. Siguiendo porque el Deportivo debe recuperar su mayor déficit en su deambular por Segunda B: ser protagonista.