Abanca se cansa y le cierra el grifo a Fernando Vidal
La crisis del Deportivo salta a la planta noble después del fiasco de la planificación. Abanca, tras una gran inversión en verano, ha dicho basta en el mercado invernal.
Hace poco más de un año Fernando Vidal y su consejo llegaban a la presidencia del Deportivo. La gran baza del ahora presidente fue la irrupción de Abanca, principal acreedor del club. Además de realizar un préstamo participativo de 5 millones de euros para el mercado invernal de 2020 suscribía una ampliación del capital social de 30 millones. La entidad que preside Juan Carlos Escotet se convertía así en la nueva propietaria de un Depor que hasta la fecha había tenido muy atomizado su accionariado sin que nadie sobrepasase el 6%. A falta de que se conozcan los datos exactos de la segunda ampliación de capital (35 millones de euros), de escaso éxito, el peso accionarial de Abanca estará en torno al 75%.
Con este soporte económico Vidal le dio en enero de 2020 una vuelta de calcetín al club. El director deportivo, Carmelo del Pozo, fue destituido y Richard Barral ocupó su puesto. Luis César dejó de ser el entrenador y se contrató a Fernando Vázquez. En la plantilla se dieron seis bajas y se contrató a siete futbolistas de los que siguen Beauvue, Keko y Uche Agbo. El equipo, con mayor peso de los jugadores que ya estaban que de los fichajes de enero, estuvo a un paso de una salvación milagrosa con el caso Fuenlabrada como colofón y la pandemia como golpe económico para el nuevo propietario.
La caída del equipo a Segunda B no significó una ‘espantada’ de Abanca, que mantuvo la inversión y la confianza en Vidal, su consejo y Barral. El presupuesto de esta temporada, aún por conocerse oficialmente, estará en torno a los 14 millones de euros. De largo, el mayor de los 102 equipos que compiten en la categoría de bronce. El gasto salarial en plantilla según el presidente era de 3,6 millones, también el mayor, pero se elevó de forma sustancial por el caso Diego Rolan, el primer gran patinazo de la dirección deportiva. El uruguayo, con una ficha de 1,3 millones, no había podido jugar en Segunda con el Depor porque su salario no era sostenible, pero lo hacía en Segunda B al no encontrarle salida la nueva dirección deportiva. Y no solo eso, llegó sin pretemporada y sin permiso de trabajo, lo que le obligó a viajar a Uruguay y estar allí tres semanas. No debutó hasta la sexta jornada.
Al problema Rolan se le unió un deficiente rendimiento de la plantilla que ha llevado al Deportivo a verse en el cuarto puesto del subgrupo, con más partidos que algunos rivales directos y siendo el equipo menos goleador (7). Por el camino se produjo la destitución de Fernando Vázquez, con su correspondiente indemnización, cuya gestión interna también levantó ampollas. Vidal ratificó al de Castrofeito en diciembre tras la derrota ante el Celta B (1-2), que en ese momento era la primera de la temporada. Se decidió que siguiese con un mes de parón por el medio, momento idóneo para un posible relevo. Tras el primer partido de enero se le destituyó al perder en Zamora (1-0) con diez bajas. Su relevo, Rubén de la Barrera, lleva tres partidos al frente con un balance de dos puntos sobre nueve tras dos empates (Salamanca y Unionistas), una derrota (Compostela) y cero goles a favor.
Junta de Accionistas y el Fabril
Con todo este cóctel se llegó a la última semana del mercado invernal, en el que Abanca ha dicho basta. Diego Rolan, que asistió en el último gol de los coruñeses (logrado aún en 2020 por Borja Galán) y marcó los dos anteriores, ha salido cedido al Pyramids egipcio. Lo hizo días después de que Vidal afirmase que su salario era “inasumible”, pero asegurando que antes ampliaría su contrato, algo que no ha confirmado el club (acaba en 2022). Rui Costa, que también termina en 2022, se ha ido traspasado al Santa Clara portugués a coste cero y con un porcentaje de su futura venta (los herculinos tenían el 50% de su pase y el Oporto, el otro 50%). Lejos de las inversiones de verano, el cuestionado Richard Barral ha cubierto la ficha sub-23 que tenía libre con el brasileño Raí. Luego vio como Abanca decía ‘no’ al regreso de Luis Fernández y fracasaba la gestión para la cesión del rayista Sergio Moreno. Así, las vacantes de los delanteros Diego Rolan y Rui Costa han sido cubiertas a última hora por dos centrocampistas del filial: Diego Villares y Rayco. El grifo del dinero se ha cerrado y los próximos seis partidos, junto a la Asamblea de accionistas que habrá en marzo, marcarán el incierto futuro del Deportivo a todos los niveles