Patricia Cazón
Ahora el Lega se mira en el espejo del Olimpo y se siente tan dios como el resto. Humilde y currante, sí, pero uno más. Nada que ver con la inocencia de la primera vez.
PorKiko Martín
Diego FélixKiko Martín
Ahora el Lega se mira en el espejo del Olimpo y se siente tan dios como el resto. Humilde y currante, sí, pero uno más. Nada que ver con la inocencia de la primera vez.