Cuéllar se crece en la dificultad: ya ha dado al Leganés tres puntos
Sus paradas han evitado que los pepineros perdieran contra el la Real y empataran frente al Barça. Contra el Betis hizo una de las estiradas del año. Intocable, por ahora, para Pellegrino.
No fue un inicio de temporada sencillo. Agosto empezó con su ausencia habitual en los amistosos de pretemporada. Decisión técnica. Iván, el ‘Pichu' Cuéllar se encontraba en medio de un proceso de posible salida del Leganés que lo ubicó ante un panorama complicado. Pero el curso arrancó y Mauricio Pellegrino lo escogió a él para defender la meta pepinera. Hoy, siete jornadas y la llegada de Andriy Lunin después, el extremeño es (casi) intocable.
Intocable por méritos propios. Suma ya media docena de paradas salvadoras entre las que destacan su doble intervención frente al Barça o el paradón que le hizo a Joaquín este domingo contra el Betis. Ejercicios de agilidad que valen puntos. Tres de los cuatro que ha sumado el Lega en este comienzo de campaña han dependido, en gran parte, de Pichu.
Por ejemplo, ante la Real Sociedad, con 1-2 en el marcador y el duelo agonizando, le sacó a Willian José un claro mano a mano. Poco después llegó el 2-2 de El Zhar. De no haber sido por su intervención, seguramente aquel punto jamás se habría alistado al casillero del Leganés.
Vuelo libre contra el Barça
Ante el Barça también hubo espectáculo. En el tramo final, Cuéllar ingnició los motores y voló. Primero para evitar que Coutinho colara con violencia la bola en la escuadra. En el rechace, Rakitic ejecutó una volea de kárate rumbo también a la portería blanquiazul. Era gol. Claro. Fácil.
Relató de festejo que torció Cuéllar. Resultaba imposible, pero ahí emergió de nuevo Pichu. Su mano tensa fue muro en el que rebotó la bola. Paradón. Le siguió un restallar de alegría en Butarque. “¡Pichu! ¡Pichu!”, tronó la parroquia. Milagro en un estadio con nombre de santa. Doble, además. También fueron dos los puntos que esas estiradas mantuvieron en el haber del Lega.
Intervenciones sin premio
Podría haber sido más el botín que sus estiradas habrían sumado de no ser por la maldita zona Cesarini. Ya saben, la que condena a aquellos que se dejan marcar en el tramo final de sus partidos.
En Bilbao, en la primera jornada, el Leganés cayó en el 91’. Poco antes Cuéllar evitó un cabezazo violento de Adúriz. Su parada, de nuevo, brilló superlativa. De no haber caído el tanto de Muniain con el duelo a punto de terminar, habría valido un punto.
También habría podido significar un punto más la que le sacó a Joaquín en el minuto 44 del último partido frente al Betis. Ésta fue más estética y compleja, si cabe. Venciéndose al lado contrario por la fuerza de la inercia, Cuéllar sacó la mano y arrastró la pelota lejos de su arco tras un testarazo forzado del capitán del Betis.
Entre abrazos de sus compañeros, la aureola se dibujó sobre su testa. Había nacido San Pichu Cuéllar. Lástima que sus milagros no se expandieran esa noche más allá del 88’. En el 89’ Loren marco tras un fallo en la salida del balón del Leganés.
Dura competencia
Este elenco de intervenciones y la constancia del día a día otorgan a Pichu (por ahora) la condición de inamovible en la titularidad. Dice Pellegrino que él suele dar 6-7 partidos a sus arqueros para otorgarles confianza y saber si merecen jugar. Con Cuéllar la prueba ha sido éxito. Y todo pese a la competencia de Serantes y Lunin.
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El primero se cayó el domingo por primera vez de la lista. No viajó a Sevilla. Contraste con Lunin, que se estrenó sin que, por ahora, parezca que le pueda quitar la titularidad a Cuéllar.
El arquero cedido por el Real Madrid parece que tendrá que aguardar a la Copa para estrenarse. Y todo pese a que su contrato tiene un número mínimo de partidos que jugar. De lo contrario, el Leganés pagará. No importa. Cuéllar está sobresaliente. Ya es ídolo en Butarque. ‘San Pichu’ reina en Leganés.
