Bloodborne, guía completa - Enemigos

MALHECHORES.
Se cuentan por decenas y normalmente atacan en grupo. Es un grupo de gente hostil que no duda en atizar a todo turista que se cruce en su camino. Son de los enemigos que más abundan en Yharnam y de los primeros que te enseñarán cómo de duras son las cosas en esta maldita ciudad. No les quites ojo y trata de evitar caer en sus provocaciones siempre que te sea posible.

CARROÑEROS.
Estas aves que se alimentan de restos tienen una especial predilección por la carne humana, y no la que sobra, precisamente. Buscan carne fresca constantemente y resultan terriblemente molestos si te sorprenden en las angostas calles de Yharnam. El fuego de las antorchas suele asustarles temporalmente y, te lo avisamos, no vale la pena malgastar balas con ellos a no ser que te encuentres en una situación crítica: el fuego es más barato y no se acaba.

CERDOS.
Son de gran tamaño y su actitud es extrañamente (o no) agresiva. Embisten como auténticos rinocerontes y suelen coger carrerilla para “engancharte” y hacerte caer. Si esto pasa, te golpearán una segunda vez y te verás en una situación un tanto comprometida porque suelen aparecer en piaras. Trata de golpearles en cuanto tengas ocasión antes de que vayan a por ti y te metan en problemas.

RATAS.
Al igual que los anteriores, son enormes y su agresividad es totalmente inusitada. También atacan en grupos y su desproporcionado tamaño puede ser un problema más grave de lo que sería de normal si te atacan en callejuelas estrechas. Las armas de fuego suelen ser efectivas contra ellos, aunque tampoco deberías dedicar todos tus recursos en amedrentar y/o aniquilar a estas criaturas.

LICÁNTROPOS.
Son las criaturas más temibles del juego porque su crecimiento es dinámico y directamente proporcional a tu avance en el juego, hasta el punto de que te los encontrarás de un tamaño casi insultante y que nada tendrán que ver con las “criaturitas” del principio. Su punto débil es la cabeza, así como la parte baja de sus patas que es donde fuerzan el músculo y permiten coger impulso para asestar una brutal embestida. Las espadas y cualquier arma blanca, a excepción de la cuchilla inicial, son la mejor opción para acabar con ellos.

OGROS.
También los conocerás como trolls. Su gran tamaño los hacen enemigos temibles aunque no demasiado inteligentes. De todos modos, con ellos no vale aquello de “más vale maña que fuerza”, porque compensan su reducido intelecto con su fuerza bruta y, créenos, eso los hace impulsivos y muy impredecibles. En ocasiones llegan a ser hasta más peligrosos que los licántropos, avisado quedas.