Acostumbrado a pasar página rápido en la fase de grupos de la Liga de Campeones, acometió un partido crucial con el Inter, abocado a una situación parecida.
Hazard jugó por vez primera entre los titulares. El gol fue la noticia, pero lo más prometedor radicó en la impresión que transmitió. No se quejó del tobillo.
El Borussia es el tercer equipo, tras Bayern y Leipzig, que señala una tendencia preocupante para el fútbol español.
El Madrid mantuvo la tensión, acentuó su solidez y encontró el cielo abierto en las decisiones de Koeman.
Cualquier equipo con mayoría de brasileños supone una seria amenaza para su rival, no importa si proceden del Santos, Flamengo o de las pachangas en Ipanema. Una vieja ley que el Madrid desestimó ante el Shakhtar.
El Madrid se caracterizaba por su orgullosa rebeldía a la derrota. Ante el Cádiz no la mostró ni por asomo. Acudió de forma presencial a Valdebebas. Dejó el alma del compromiso en casa.
España no encontró otra manera de romper la resistencia de Ucrania que el uso masivo del extremo.
Luis Enrique ha decidido explorar en un amplio grupo de jugadores y se ha empeñado en no dilatar por más tiempo la llegada de los jóvenes, sin importarle la edad y la procedencia.
España se pareció a la propuesta que imagina Luis Enrique. Ambiciosa, jugó con un dinamismo abrumador y presionó febrilmente.
Durante una hora de partido, al Real Madrid no se le pudo reprochar nada: jugó con jerarquía, presión abnegada, orden, recursos y oportunidades.
Vinicius ingresó en el segundo tiempo, después de una mediocre primera parte de un Madrid permeable durante todo el partido.
El Madrid disputó antes de la Liga un solo partido de entrenamiento contra el Getafe. Por eso en estas jornadas, con puntos en juego, improvisa la preparación.
El Sevilla perdió ante el Bayern en la Supercopa, pero ganó todo el crédito del mundo.
El 4-2-3-1 funcionó bien mientras el Madrid ocupó el campo rival y empujó a la Real Sociedad a encastillarse.
Al futbolista galés nunca se le pudo asociar con los valores clásicos del Madrid. Nunca le gustó la implicación emocional que demanda el juego.
La Selección resolvió ante Ucrania la cuadratura del círculo: jugar bien, golear al rival y conseguirlo con varias generaciones de jugadores.
España dejó sensaciones encontradas en el regreso del equipo y de Luis Enrique. Alternó buenos momentos con ratos de juego desperdigado.
La temporada recién acabada, marcada por la pandemia, nos ha dejado la brillantez de una decena de jugadores, todos entre 17 y 21 años, llamados a suceder a Messi y Cristiano
Cualquiera pensaría que Banega lleva toda la vida en el fútbol y que está en la edad de retirada que prescribe el viaje final a un fútbol millonario y poco exigente.
El PSG fue un desastre colectivo ante el admirable Atalanta y dependió exclusivamente de Neymar, que hizo todas las diabluras posibles hasta estrellarse en la definición.
El Madrid jugó sin energía ni convicción, sin la rebeldía que le caracteriza, desorientado por los errores de Varane y superado por el City, que le borró del mapa en el segundo tiempo.
Destinado el futbolista galés a las gradas en los últimos encuentros del campeonato liguero, su destino empeora ahora. Se borró para un partido cumbre, en Inglaterra nada menos.
Durante 20 años, Casillas alcanzó todas las cimas posibles, tanto en el Real Madrid como en la Selección, en un periodo de esplendor.
El francés es un entrenador que de ninguna manera quiere elevarse sobre los jugadores y quitarles plano.
El Madrid de Zidane sale de esta Liga mucho mejor que ese equipo irregular que dejó con dudas el campeonato en marzo.
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